La región de América Latina alcanzará 70 por ciento de energía limpia hacia 2030, impulsada principalmente por la hidroeléctrica, la fotovoltaica y la eólica, aseguró Marcelino Madrigal, jefe de la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Durante su participación en el XIII Congreso Conjunto de Asociaciones de Energía, el especialista destacó que América Latina es la zona con la matriz energética más limpia del mundo, debido a la alta participación de la hidroeléctrica; sin embargo, Madrigal señaló que es muy complicado que los países de la región continúen con el desarrollo de esta fuente, debido a la disponibilidad del agua.
En su charla: Seguridad y transición energética en América Latina y las oportunidades del nuevo entorno global, aseguró que en la actualidad el desarrollo de la energía limpia es impulsado por el avance tecnológico que representa la solar y la eólica.
Actualmente, añadió, 60 por ciento de la energía generada en la zona corresponde a fuentes limpias.
Además, afirmó que la penetración de las renovables avanzará 10 puntos porcentuales en los próximos siete años, por pura inercia económica, debido a que es más económico generar con renovables que con fuentes fósiles.
Marcelino Madrigal mencionó que durante la crisis energética desarrollada por la guerra entre Ucrania y Rusia, la mayor parte de los países sufrió por el encarecimiento de los combustibles; sin embargo, en Uruguay el costo de la energía bajó. Esto es consecuencia de que 100 por ciento de la matriz energética proviene de fuentes renovables, a lo que se sumó la exportación de energía.
El representante del BID añadió que la guerra entre Rusia y Ucrania fue un catalizador que aceleró la transición energética y la percepción de la seguridad energética que deberá evolucionar hacia la solidez de la cadena de proveeduría del sector.
Retos
Madrigal apuntó que entre los principales retos para las energías renovables en la región destaca la falta de investigación, infraestructura y la urgencia de establecer una transición justa.
En materia de infraestructura advirtió un retraso en la inversión de las redes de transmisión, a lo que se suma la falta de recursos en capacitación, así como el área de Investigación y Desarrollo.
Además, comentó, no puede haber perdedores en una transición energética justa.