Analistas del sector energético consideraron que la colocación que realizó Petróleos Mexicanos (Pemex) de 2,000 millones de dólares en una emisión de bonos en el mercado internacional, a una tasa de rendimiento de 10.375%, no se hizo en el momento más adecuado, ya que el elevado costo pudiera dificultar la solvencia de la petrolera para el mediano plazo.
En entrevista para Energía A Debate, Arturo Carranza, director de Proyectos de Energía en Akza Consultores, explicó que las responsabilidades financieras de Pemex, asociadas con el pago de amortizaciones de su deuda, se han convertido en un problema para la empresa.
“Las especulaciones que se hicieron desde principios de año sobre el asunto venían afectando el rendimiento de los bonos de la petrolera, perfilándose como algo que podría afectar aun más la percepción sobre su salud financiera”, señaló.
En este contexto, el experto consideró que Pemex tenía la urgencia de tomar una decisión que le permitiera hacer frente a sus pasivos financieros, llegando así a la colocación de 2,000 millones de dólares en bonos de deuda que responden a esta necesidad.
“Ciertamente el momento en que se da esta operación, marcado por altas tasas de interés, no es el mejor momento para realizarla. Así lo muestra la tasa de rendimiento de 10.3% que la empresa tuvo que ofrecer, claramente más alta que la tasa a la que se fondea el soberano y que representa un elevado costo para Pemex”, afirmó.
Sin embargo, resaltó que la alta demanda que tuvo la colación de deuda sugiere, por otro lado, que el apetito por los bonos de Pemex es una realidad explicada por el apoyo que el gobierno federal ha reiterado públicamente.
El martes pasado, Pemex colocó bonos de deuda en el mercado internacional, con el fin de obtener recursos que sirvan para refinanciar parte de su carga crediticia.
El bono recibió una elevada demanda por parte de inversionistas, de hasta cinco veces el monto colocado.
Actualmente, Pemex acumula una deuda financiera por 103,000 millones de dólares.
Pemex sin alternativas para evitar un “downgrade”
Por separado, Santiago Arroyo, CEO en Ursus Energy, opinó que, aunque no fue el mejor momento para que Pemex emitiera su bono, no tenía muchas alternativas para escoger que le dieran la oportunidad de colocar sus valores a inversionistas.
“No fue sano, claro. Pero dada la situación de Pemex, también es buscaron jugar con el riesgo e ir sorteando lo mejor que se pueda. Digo, no es que tuvieran muchas alternativas; pues los inversionistas saben a lo que se exponen al colocar valores en empresas con esas calificaciones”, explicó.
Para Arroyo, más allá de liquidez, lo que buscó Pemex con la emisión de su bono fue no caer en un “downgrade”.
El año pasado, la agencia Moody’s colocó la calificación crediticia de Pemex en grado de bono “basura” por tener una liquidez débil y una alta dependencia del Gobierno mexicano.
Esta condición no se ha modificado, ya que, en la víspera, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) confirmó que el gobierno federal seguirá apoyando a Pemex en el cumplimiento de su deuda.