La operación de la refinería de Dos Bocas aumentará los daños a la salud en las comunidades que se asientan en los alrededores de la obra, advirtieron ambientalistas esta mañana.
“Con la puesta en marcha de la refinería va a haber impactos todavía más graves y mayores para las comunidades que vivimos alrededor”, afirmó Juan Manuel Orozco, de la organización no gubernamental Conexión Climática.
Dijo que actualmente, debido a las instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) que ya operan en la zona desde hace décadas, los casos de cáncer son comunes, además de partos prematuros, deformaciones en neonatos y alergias, entre otros.
“Se consideran alergias que ya traes en tu cuerpo, cuando en realidad son impactos directos de estar respirando contaminantes todo el tiempo”, refirió.
Esta semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador, anunció que la entrada en operación de la nueva refinería “Olmeca”, ubicada en el Puerto de Dos Bocas, Tabasco, será en abril próximo, un mes de retraso de la última fecha que había dado para este suceso.
Orozco también aseguró que los habitantes de las comunidades, como Nuevo Torno Largo y Andrés García, aledañas a Dos Bocas “tienen muchos años respirando veneno”.
“Pero es una situación que se ha normalizado”, agregó al participar en la conferencia “¿Huellas invisibles? El impacto del metano en las comunidades”, organizada esta mañana por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).
El Puerto Dos Bocas fue construido entre 1979 y 1982 para servir a las actividades petroleras exclusivamente de Pemex, relacionadas con la exploración, extracción, transformación y exportación de hidrocarburos.
Además de los muelles y oficinas administrativas, Dos Bocas posee almacenes y tanques de almacenamiento para distintas sustancias, como polímeros, asfaltos, ácidos, aditivos, combustibles, diésel y desechos peligrosos, por mencionar algunos.
Cierre de Cadereyta
En la discusión sobre la posibilidad de cerrar la refinería de Cadereyta, ubicada en Nuevo León, Juan Manuel Orozco dijo que debe considerarse cómo se hará, de manera que no convierta al lugar en la que se asienta en una “zona de sacrificio”, dado que muchas familias locales dependen económicamente de ella.
“Yo digo que la pregunta no es sí o no, más bien cómo. Cómo las vamos a cerrar para que sea un cierre que no convierta, otra vez, en zona de sacrificio a las comunidades que viven ahí. En Cadereyta, si les cerramos la refinería, a lo mejor ponemos en jaque a un montón de familias que dependen económicamente de eso”, expuso el ambientalista.
Señaló que el cierre de instalaciones como la refinería de Cadereyta puede ser bueno desde el punto de vista ambiental, pero alertó que, de no haber una transición justa para las comunidades cercanas, se les vuelve a convertir en zonas de sacrificio.
De acuerdo con Pemex, en la refinería “Ing. Héctor R. Lara Sosa” trabajan alrededor de 2 mil 500 empleados, aunque cabe recordar que en enero de 2021, la Dirección General de la empresa estatal bloqueó unas 1 mil 350 plazas, lo que dejó descubiertos turnos de trabajo, según denunció en su momento la Sección 49 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).
Xóchitl Gálvez, candidata a la presidencia de la República por la coalición “Fuerza y Corazón por México”, conformada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), expresó su postura a favor de cerrar la refinería de Cadereyta, además de la de Ciudad Madero, Tamaulipas, dados los altos niveles de emisiones de contaminantes que afectan al medio ambiente local y a la salud de los habitantes de las dos zonas.