A pesar de la crisis energética, en 2022 la demanda global de carbón llegará a su pico más alto de todos los tiempos al alcanzar las 8 mil millones de toneladas por primera vez, dio a conocer esta semana la Agencia Internacional de Energía (AIE).
En su informe “Carbón 2022. Análisis y predicción al 2050”, el organismo apuntó que este año que termina la demanda mundial por el mineral aumentó 1.2 por ciento, lo que permitió que llegara a su pico histórico más alto.
“La invasión rusa de Ucrania ha alterado drásticamente la dinámica del comercio de carbón, los niveles de precios y los patrones de oferta y demanda en 2022”, expuso.
Detalló que, en general, los precios de los combustibles fósiles se incrementaron este año, especialmente el del gas natural, lo que ha impulsado la demanda de opciones más competitivas, incluido el carbón.
Sin embargo, por el otro lado, la Agencia aseguró que otros factores están “moderando” la demanda por el carbón, como el fuerte despliegue de las energías renovables y de la eficiencia energética, y el debilitamiento del crecimiento económico mundial.
Destacó que en China, que representa el 53 por ciento del consumo mundial de este mineral, los bloqueos prolongados y estrictos por el covid-19 han pesado mucho en la actividad económica. Al mismo tiempo, las sequías y las olas de calor en el país asiático durante este verano aceleraron la quema de carbón para satisfacer el aumento en la demanda de energía para aire acondicionado.
Añadió que en el año que termina, los altos precios del gas natural llevaron a un cambio significativo de combustible a carbón en la generación de electricidad en Europa, pese a que la producción eléctrica con estos dos aumentó, ya que el crecimiento de la energía eólica y solar fue insuficiente para compensar por completo la menor producción de energía hidroeléctrica y nuclear.
La AIE refirió que la baja producción de energía hidroeléctrica en China durante el verano impulsó significativamente la generación de energía con carbón que en agosto, por lo que aumentó alrededor de un 15 por ciento interanual a más de 500 teravatios-hora (TWh).
“Este nivel mensual de generación es más alto que la generación total anual de energía de carbón de cualquier otro país, excepto India y Estados Unidos”, subrayó la Agencia.
En India y China, agregó, donde el carbón es la columna vertebral de los sistemas eléctricos y el gas representa solo una fracción de la generación de energía, el impacto de los precios más altos del gas en la demanda de carbón ha sido limitado.
Respecto a Europa en general, y la Unión europea en particular, el organismo observó que el conflicto entre Rusia y Ucrania y la consecuente crisis energética en la región, aunado a la menor producción de energía hidroeléctrica y nuclear debido a las condiciones climáticas, combinada con los problemas técnicos en las centrales nucleares francesas, ejercen presión adicional sobre el sistema eléctrico en el continente.
En respuesta, insistió, algunos países europeos han aumentado el uso de la generación de energía con carbón al tiempo que aceleran el despliegue de energías renovables y, en algunos casos, extienden la vida útil de las plantas nucleares.
Así, bajo la amenaza de escasez de gas y posibles problemas para garantizar la adecuación suficiente del sistema de energía, algunas plantas de carbón que habían cerrado o se habían dejado en reserva han vuelto a ingresar al mercado. En la mayoría de los países, esto implicó una cantidad limitada de capacidad de energía del mineral.
Pronóstico al 2050
Según el pronóstico de la Agencia hasta 2050, la demanda global de carbón se estabiliza a un nivel similar del de 2022 de 8 mil millones de toneladas. Sin embargo, dada la crisis energética actual con todas sus incertidumbres, es posible que se produzca un avance brusco hacia el crecimiento o la contracción.
“Esto podría deberse a cambios en la actividad económica mundial, las condiciones climáticas, los precios del combustible o las políticas gubernamentales, entre muchas otras variables potenciales”, consideró.
Para la AIE, los acontecimientos en China pueden tener el mayor impacto en las perspectivas de la demanda mundial de carbón, ya que esta nación representa más de la mitad de la demanda, puesto que tan solo el sector eléctrico de China representa un tercio del consumo mundial de carbón.
El consumo de carbón de este país creció “con fuerza” en 2021, pero se espera que el crecimiento permanezca relativamente estancado en un promedio de 0.7 por ciento anual hasta 2025, en gran parte debido al aumento de la generación de energía renovable.
Por el contrario, la Agencia prevé que para el mismo año, en Estados Unidos continuará la tendencia descendiente y en la Unión Europea caerá considerablemente.
En términos globales, se espera que la nueva generación renovable cubra casi el 90 por ciento de la demanda adicional de electricidad hasta 2025, pero con un modesto aumento en la generación de energía nuclear y los altos precios del gas, la generación de energía a base de carbón aumenta ligeramente hasta 2025.
Por último, el organismo internacional remarcó que, a pesar de todo lo anterior, no se prevén mayores montos de inversión para activos en minas.
“Se podría haber esperado que los máximos históricos de los precios del carbón vistos desde octubre de 2021 y un enfoque renovado en la seguridad energética desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia impulsaran un aumento en la inversión en activos de minas de carbón. Sin embargo, fuera de China e India, donde la producción nacional se ha incrementado para reducir la dependencia externa, no hay señales claras de reversión de las tendencias de inversión”, manifestó la Agencia.
En este rubro, dijo que los gobiernos, bancos e inversionistas, así como empresas mineras, continúan mostrando, en general, falta de apetito por invertir en carbón, particularmente en carbón térmico.