De confirmarse una depreciación del peso frente al dólar de 20 por ciento, como estima Moody’s Analytics, el precio de los combustibles se vería afectado con un alza que obligaría al gobierno a mantener la política de estímulos al Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) que se cobran a las gasolinas, coincidieron especialistas.
La semana pasada, el director de Moody’s Analytics, Alfredo Coutiño, emitió un reporte en donde señala la posibilidad de que el incremento de las tasas de interés en Estados Unidos por parte de la Reserva Federal (Fed) provoque una depreciación del peso frente al dólar de alrededor de 20 por ciento.
Esta depreciación se estaría presentando, según Moody’s Analytics, en un lapso de dos años, en medio de un escenario de recesión y alta inflación generalizada en el mundo.
Ante ello, Santiago Arroyo, director de Ursus Energy acotó que dicha estimación que puede no cumplirse, debido a que depende del comportamiento de la inflación y del mercado cambiario.
Sin embargo, de llegar a confirmarse una depreciación del peso frente al dólar del 20 por ciento, Arroyo pronosticó que el precio de las gasolinas se incrementaría en la misma proporción del 20 por ciento, lo que impactaría a los bolsillos de los mexicanos.
En tanto, Víctor Gómez Ayala, profesor de economía del ITAM, destacó que el comportamiento del tipo de cambio este año ha sido “muy estable”, por lo que no ve razones para que se concrete la depreciación con tal magnitud como la señala Moody’s en el corto plazo.
“Una depreciación lo que provoca es una presión sobre el precio de las gasolinas. Lo que ocurre con la política de estímulos del IEPS es que contiene las variaciones observadas en el precio de referencia en pesos”, dijo.
Por lo anterior, el académico explicó que, si se concreta el horizonte de depreciaciones en uno o dos años, la política de estímulos al IEPS lograría un suavizamiento de estos impactos en periodos semanales.
Riesgos fiscales a la vista
Para Santiago Arroyo de Ursus Energy, el riesgo real se encuentra en “una crisis fiscal” que existe en México, pues la política de estímulos al IEPS de las gasolinas -que, si bien parece una solución al problema de encarecimiento en precios- impacta directamente a los ingresos del gobierno federal.
El especialista explicó que, si las finanzas públicas del país estuvieran centradas en recibir mayores ingresos, no serían tan dependientes de la recaudación fiscal ni de lo que se cobra a través del IEPS.
“Si no tuviéramos una situación de crisis fiscal en México, esta posibilidad de depreciación en el peso no nos impactaría”, afirmó.
Ambos especialistas coincidieron en que las estimaciones de Moody’s pueden no ser las acertadas, por la estabilidad que muestra el peso actualmente, y aclararon que esta situación no afecta la condición de calificación soberana del país, ya que el área de análisis de Moody’s no tiene relación con el tema de deuda soberana.