Daniela Castro tiene un objetivo en la mente, despertar conciencias sobre el valor y la importancia que tiene el sector energético en el país.
Para ello, utilizó una herramienta muy poderosa y que está al alcance de prácticamente cualquier ciudadano: la tecnología.
Los teléfonos inteligentes nos dan acceso a información de todo tipo y en todo el mundo, a través de diferentes instrumentos como aplicaciones móviles o los mismos motores de búsqueda que todos conocemos.
La aplicación de Daniela Castro se llama Energy & Data (END) y ofrece básicamente dos servicios, bases de datos del sector eléctrico nacional y un apartado que permite a cualquier ciudadano entender conceptos básicos de cómo funciona la electricidad.
El contexto actual y las necesidades de tener acceso a información homologada y sin sesgos de discurso hace que END caiga como “anillo al dedo” al contexto nacional, dice la egresada del Tec de Monterrey en entrevista con Energía a Debate.
Hoy en México se discute el futuro del modelo energético que seguirá el país a través de diferentes modificaciones, como la Ley de la Industria Eléctrica, que fue publicada en marzo de 2021, o bien, la actual discusión de la Reforma Eléctrica, que ha levantado ámpula entre Morena y sus aliados (PVEM y PT) y la oposición, compuesta por el bloque PAN-PRI-PRD, así como por Movimiento Ciudadano.
“END queda como anillo al dedo, haciendo uso de esa frase tan famosa de nuestro presidente en la mañanera, el sector energético en esta administración ha sido puesto bajo la lupa, donde mientras más fuentes de información objetivas tengamos, es más probable que tengamos una opinión crítica de lo que está sucediendo y una visión de qué es lo que queremos para nuestro futuro como ciudadanos, y eso sea lo que le exijamos a nuestros tomadores de decisiones”, dice la maestra en Prospectiva Estratégica, Public Policy Analysis, del Tec de Monterrey.
Para Castro, trabajar con datos del sector eléctrico era una necesidad cotidiana que muchas veces podía convertirse en una tarea imposible, especialmente con los cambios en la presentación de la información o su disponibilidad.
Uno de los principales inconvenientes en la información pública es que no están concentrados en una sola base de datos y que las diferentes fuentes públicas no cuentan con información comparable.
“Si quieres hacer una investigación histórica de tres sexenios es muy difícil porque quizás la administración pasada contaba con el Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía, pero lo dejaron de actualizar en 2018, algunos datos se han actualizado, pero vamos, quién quiere ver consumos eléctricos en petajoules, que es la medida que maneja el sistema. Entonces es muy complicado que lo puedas unir o trabajar con otra base de datos”, detalló la especialista.
Recuerda que la administración pública tiene la obligación de compartir esos datos con la sociedad mexicana, pero no se preocupan porque estén homologados ni porque tengan una continuidad.
Esta es una de las áreas de oportunidad que ataca Daniela Castro con END.
“Si tienes una plataforma como puede ser END, aunque esa plataforma o esa base de datos se deje de publicar mañana, ya vive en algún lado, ya vive en el servidor de END, y puede quedarse para seguir siendo consultada”, mencionó.
Otro de los valores agregados de la plataforma de la maestra en Prospectiva Estratégica es que ofrece procesamiento de datos para que la información sea comparable y digerible para los especialistas del sector eléctrico.
“Un ejemplo es el tramo que vamos a lanzar próximamente, donde puedes hacer una comparativa de las tarifas reguladas con el mercado eléctrico. Para que esto sea posible estamos considerando el costo de capacidad y también se está incluyendo una variable para poder filtrar qué zonas de carga corresponden a qué zonas de transmisión para poder hacerlo comparable”, comenta la especialista.
Incluso, menciona que los usuarios pueden decidir la unidad de medida en la que quiere conocer datos como los costos de generación, mismos que pueden ser dólares por Megawatt/hora (MW/h) o pesos por MW/h, pues incluye la fluctuación del tipo de cambio y hace más útil la información para comparativos nacionales e internacionales.
Despertar conciencias
Para Daniela Castro, los likes y las descargas no son el objetivo central de END.
Su objetivo está en darle visibilidad a los impactos que hay “cuando se prende el switch” de la luz.
Para ello, a través de redes sociales como LinkedIn o Instagram, END publica infografías que resultan entendibles y de utilidad para toda la ciudadanía, incluso sin no son “expertos” en la materia.
El ecosistema de END también incluye alianzas con medios de comunicación especializados, así como su propio canal de YouTube, donde en videos tres minutos explican cómo funciona el mercado, así como conceptos básicos de la energía eléctrica.
“El contenido educativo está dividido en diferentes secciones en el que pueden ver desde infografías, algún tema explicado de la forma más sencilla posible y pueden encontrar incluso definiciones y conceptos básicos, desde la diferencia entre Megawatt y Megawatt/hora, realmente cosas necesarias para que usuarios no expertos puedan ir a los indicadores y puedan realmente comprender los datos que se han dado”, mencionó.
La plataforma fue lanzada de forma extraoficial el 4 de noviembre del año pasado, y hasta el momento cuenta con más de 300 descargas, así como un millar de seguidores en las redes sociales.
“Quizá más que llegar a un número de descargas, nuestro objetivo es contar con una comunidad interesada en el tema que pueda ser un usuario crítico en la información, cuando veamos un dato como ciudadanos, digamos ok, qué es lo que me están queriendo comunicar”, asegura.
“Fuera de lo que suceda o de una persona, la política energética del país nos corresponde a todos como ciudadanos. Como país hemos dejado mucho al tomador de decisión en turno, la elección o la responsabilidad energética del país. Lo vemos como algo ajeno desde ese punto, al día a día de los ciudadanos”, menciona.
Y justamente en eso se basa su visión: “lo que le falta a México, independientemente de si es una reforma o no una reforma o una regulación secundaria o no regulación secundaria, son ciudadanos realmente interesados en lo que está pasando, son ciudadanos que realmente les importe su política energética desde una conciencia ambiental, desde una conciencia de qué pasa cuando le das al switch de la luz, y no solamente un usuario desconectado de lo que hay detrás.