La Unión Europea es capaz de sustituir hasta 66 por ciento de las importaciones de gas ruso a través de energías limpias y eficiencia energética con horizonte a 2025.
Las organizaciones civiles Bellona Europa, Ember, E3G y RAP, presentaron un análisis en el que demuestran que un incremento en la eficiencia energética y en la capacidad instalada de energías renovables permitiría reducir la dependencia de dos terceras partes de la importación de gas proveniente de Rusia sin construir infraestructura adicional para el transporte del combustible.
De acuerdo con las organizaciones civiles, el primer paso es incrementar la ambición y el seguimiento de los objetivos Fit for 55, así como acciones adicionales en eficiencia energética y generación renovable.
El estudio señala que en 2020 Europa importó 152 mil millones de pies cúbicos (mmpc) de gas desde Rusia, de los cuáles 31 mmpc se pueden reducir a partir de la implementación del plan Fit for 55, que consiste en reducir 55 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero hacia 2030, establecido como compromiso por la Unión Europea.
Por otra parte, las fuentes de energía renovable, particularmente la eólica y solar, “son fundamentales para que la UE abandone el gas ruso y combustibles fósiles. El objetivo actual “Fit for 55” para la capacidad eólica y solar para 2025 es de 533 GW (229 GW por encima de los niveles de 2020)”.
Por otra parte, el despliegue solar acelerado es responsable de esta ganancia sustancial. Solar Power Europe ha declarado que la obtención de permisos es clave para permitir el enorme repunte necesario en instalaciones solares.
“Nuestro escenario también asume que la capacidad eólica alcanza el objetivo establecido en la propuesta “Fit for 55”, sin embargo, el despliegue se está retrasando actualmente y esto debe ser abordado por la UE con carácter de urgencia”, advierte el estudio.
El plan REPowerEU de la Comisión Europea solo prevé 80 GW adicionales de energía eólica adicional y capacidad solar desplegada para 2030 (únicamente para permitir una mayor producción de hidrógeno renovable), la mitad de la cantidad que identificamos como entregable para 2025 con el marco de políticas adecuado.
Sin embargo, señalan que el uso directo de estas adiciones para la electricidad sería, en esta etapa, más efectivo para reducir el uso de gas.
Por otra parte, las medidas de eficiencia energética permitirían reducir la necesidad de 13 mmpc de gas, lo que se traduce directamente en ahorros de costos para los consumidores.
Adicionalmente, el gas es utilizado también para la calefacción, mismo que puede ser sustituido a través de las bombas de calor en los edificios, lo que puede significar una reducción de 19 mmpc de la demanda de gas ruso.
Esto se lograría con la electrificación de la calefacción de espacios y los procesos térmicos de baja a media temperatura, que pueden ofrecer una reducción de 6.5 mmpc para 2025.
A diferencia de otros análisis recientes, la vía de soluciones limpias aceleradas recomendadas por las organizaciones civiles logra la disminución necesaria en demanda de gas fósil sin frenar el declive de la energía del carbón.
“Esto trae beneficios en la seguridad climática y energética, ya que la UE también es un gran importador de carbón ruso”.
Sin embargo, pese a la implementación de estas medidas, Europa todavía necesita eliminar la dependencia de 51 mil millones de pies cúbicos de gas, mismos que se pueden obtener a través de importaciones de otros países que no requieren la construcción de nuevas infraestructuras de importación de gas de la UE, como terminales de Gas Natural Licuado.