Esto que le voy a platicar es lo que manda la ley en este momento.
Si usted pretende ser un generador de energía eléctrica, elabora el proyecto y va a preguntarle al Centro Nacional de Control de Energía, que es parte del gobierno, si su central eléctrica puede conectarse a la red y en qué condiciones, el CENACE le impone el cómo.
Ya que tiene ese visto bueno, usted debe hacer un estudio de impacto ambiental y presentarlo a SEMARNAT, que es también del gobierno.
Las obras de energía generan impacto no solo en el ambiente, sino en la sociedad, por lo que tiene que evaluar también el impacto social. En algunas ocasiones, cuando hay grupos indígenas posiblemente impactados por su proyecto, también debe hacer una evaluación similar, que se le presenta a la Secretaría de Energía y esta debe aprobarla.
Una vez que tiene aprobado todo esto por CENACE, SEMARNAT y SENER, puede solicitar un permiso de generación ante la Comisión Reguladora de Energía (CRE) que es parte del gobierno; ella le reconoce su derecho a generar energía, ya sea para consumir usted mismo y/o para participar en un mercado. Ah, lo olvidaba, también tiene que pedir permiso de construcción al ayuntamiento del municipio donde está su proyecto. El ayuntamiento es parte del Estado.
Una vez que pudo sortear todo esto, construye su central eléctrica. Posteriormente, ya cumplidas las condiciones acordadas con CFE Transmisión, bajo instrucciones también de CENACE, ambos del Estado, es cuando puede conectar y poner su central eléctrica a pruebas. Ya que pasó por todo eso, puede participar en el mercado.
Si usted va a vender energía en el mercado, todos los días tiene que hacer una oferta al CENACE y decirle a qué hora y cuánta energía puede entregar al Sistema Eléctrico Nacional. Entonces el CENACE, de acuerdo con el artículo 101 de la Ley de la Industria Eléctrica, prioriza a los generadores y los despacha. El despacho no es sino una instrucción de cuánto generar y a qué hora. Esa instrucción la da el Estado.
Como ve, nadie puede poner un tornillo y menos inyectar un watt-hora al sistema eléctrico sin que el Estado se lo permita. O sea, el Estado tiene el control.
“Nadie puede poner un tornillo y menos inyectar un watt-hora al sistema eléctrico sin que el Estado se lo permita”.
Ah, pero además, si usted no ofrece toda la capacidad al Estado, no cumple con entregar la energía en las condiciones acordadas, puede ser castigado. Es más, se puede llegar al extremo de aplicarle una intervención del Estado y hasta una requisa.
Claro, todo lo hace el Estado apegado al marco legal. O debería. Para eso está la ley, ¿no?
En fin, que todo el control del sistema eléctrico lo tiene el Estado, acotado por la Constitución y la ley, que busca garantizar que los mexicanos tengamos acceso a la energía más barata, limpia y segura posible.
Y a pesar de todo el control que le describí, hay quien cree que en necesario hacer alguna reforma para darle el control del sistema al Estado.
Pero como dice Molotov, si le das más poder al poder…
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