A partir de 2019 prácticamente se han frenado los permisos de generación de parte de la Comisión Reguladora de Energía. Miles de megawatts solicitados y en espera eterna o negados por el más pequeño pretexto, o aprobados para periodos que no alcanzan para recuperar la inversión (normalmente de cinco años). El problema es que no hay energía suficiente y con calidad que la industria requiere cada vez más.
Ante la parálisis regulatoria y la falta de permisos, los usuarios de energía eléctrica han optado por la generación distribuida, esa que no requiere permiso de la CRE por ley y que permite instalar hasta 499 kW de capacidad de generación. El resultado es que tan solo en 2023 se habrá instalado la misma cantidad de generación en esta modalidad que en los años 2015 a 2018 juntos. Todo gracias a que no se requiere permiso de generación.
Y a falta de permisos, al menos cuatros legisladores han propuesto elevar el límite de centrales de generación de 500 kW a 1 MW, sin permiso.
Algo importante qué decir: las tres iniciativas anteriores hablaban de incrementar la capacidad de generación exenta por las razones reales: aumentar la disponibilidad de energía sin necesidad de permiso. Punto. No hay más, no hace otra cosa.
Al contrario de las tres ocasiones anteriores, ahora el diputado presidente de la Comisión de Energía presenta la misma iniciativa, pero con una serie de justificaciones mentirosas, una justificación social irreal y, de hecho, sin considerar que los efectos de la iniciativa serían contrarios a lo que la exposición de motivos dice.
Porque elevar a un megawatt la capacidad de generación en nada ayuda a ampliar la cobertura eléctrica, no facilita consultas médicas, no beneficia a pequeñas comunidades sin servicio eléctrico. Al leerla, me pareció ver a un merolico en el mercado, de esos que ponen letreros a las hierbas diciendo que hasta curan el SIDA.
“Elevar a un megawatt la capacidad de generación en nada ayuda a ampliar la cobertura eléctrica, no facilita consultas médicas, no beneficia a pequeñas comunidades sin servicio eléctrico”.
Ahora, ¿es bueno subir el umbral de generación exenta a 1 MW?
De hecho, yo diría que no solo a 1 MW, sino a 10 MW, que es desde donde el CENACE establece una diferencia. En otras palabras: generadores desde 150 watts (un panel solar chico) hasta 10 MW (20,000 panales de 500 watts) no requieran permiso y puedan conectarse a la red, esto previo a estudios de factibilidad y calidad de la energía.
¿Por qué hablo de hasta 10 MW? Porque es hasta donde diferencia el CENACE.
(Fuente: CENACE)
Pero desde 150 watts y todo lo que se conecta en baja tensión (hasta 50 kW) puede usar la metodología de intercambio neto de energía (ese que te permite inyectar energía cuando generas y usar la red como un banco de energía), pero de media tensión en adelante se usa una metodología como la propuesta de autoconsumo de la CRE, donde consumes lo que generas, el resto lo inyectas a la red y se te paga a precio de mercado.
Pero además hacer una diferencia más: desde 150 watts hasta 250 kilowatts se considera generación distribuida, usando la capacidad de alojamiento de la red, mientras que de esos 250 a 10,000 (10 megawatts) se considera solo exenta, pero se hace un estudio de impacto en redes y se hace una instalación especial que no consuma parte de la capacidad de alojamiento de la red.
¿Por qué así?
Porque de esa manera permites al generador exento instalar hasta los 10 MW para consumir la energía que requiere, pero no lo haces competir ni quitarle espacio al pequeño usuario de energía que solo requiere 2 o 3 kW de generación.
Eso sí sería democratizar la energía.
Pongamos en números por qué es democratizar una forma y la otra no.
La capacidad de alojamiento de las redes generales de transmisión es de 24 mil MW.
Actualmente hay en uso unos 3,350. O sea, quedan 20,650 MW por usarse.
Si subimos el límite a 1 MW sin diferenciar ni sacar los generadores medianos de la capacidad de alojamiento, con solo 20,650 contratos o usuarios podrías saturar las redes.
Si subimos, pero de 250 kW en adelante hacemos la diferenciación, podría haber desde 82,600 y hasta 20,650,000 usuarios con acceso a la red, de entre 1 y 250 kW de capacidad de generación.
¿Qué le parece más democrático, dar acceso a la red a 20,650 grandes empresas con capital para invertir 850 mil dólares por instalación o a más de 20 millones de usuarios con capital de 25 mil pesos por instalación?
Finalmente hay que tener claridad. No se trata de oponerse a la reforma, es necesario subir el umbral de generación exenta, pero no genera los beneficios sociales que dice la versión presentada por el diputado Rodríguez González y hay que tener mucho cuidado en los detalles porque podrían salir al revés los efectos.
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