David Shields / Energía a Debate
A raíz de la pandemia, los grandes consumidores de energía requieren optimizar sus contratos de energía, estructurándolos de manera que obtengan ahorros adicionales.
“La gran mayoría de ellos ha reducido su actividad económica y su reto fundamental es bajar costos,” comenta María José Treviño, country manager de Acclaim Energy en México, en entrevista con Energía a Debate.
“Están evaluando los cambios que traen la nueva realidad post-pandemia y que impactan sus contratos. Buscan opciones de mitigación de riesgos cambiarios, reducir costos y plazos, así como flexibilidad en los contratos para protegerse ante nuevas situaciones y amortiguar la caída del consumo atribuibles al cierre de centros de carga”, señaló.
Advirtió que también es un momento retador, con nuevas políticas en el sector, incertidumbre regulatoria y muchísimo movimiento en el mercado. “Hay temor por lo que puede pasar. La incertidumbre ha frenado que los grandes consumidores quieran migrar a esquemas de autoabasto. También hay empresas con políticas y metas de sustentabilidad y requieren asegurar acceso a energías renovables, por lo que buscan generación en sitio o contratos en Suministro Calificado”.
También es importante que los participantes en la cadena de valor del mercado energético entiendan las tendencias del consumidor post-pandemia. “En Acclaim Energy estudiamos los mercados energéticos y las necesidades de los grandes consumidores y está claro que las empresas que realicen una revisión de sus contratos de energía, perfil energético, costos y consumo, descubrirán que constantemente surgen nuevas oportunidades que ayudan a reducir costos y a cumplir sus objetivos de confiabilidad del suministro y sustentabilidad”, afirmó.
Reflexionó que muchas compañías firman acuerdos de suministro o implementan soluciones de generación sin comprender bien los riesgos y luego lo lamentan. “Por ejemplo, si compran un bloque de energía y consumen menos, pueden estar pagando energía que no están consumiendo”.
Ante esos retos de los usuarios finales, los suministradores necesitan responder a nuevas realidades en el mercado, comprimir sus márgenes y volver sus ofertas más atractivas, considerando inversiones requeridas en equipo de medición, consideró.
A su vez, los usuarios finales que están con CFE Suministro Básico quieren migrar al mercado eléctrico mayorista y deben registrarse como usuarios calificados ante la Comisión Reguladora de Energía (CRE), pero recientemente enfrentan procedimientos y trámites más complejos y tardados. Y requieren esquemas más creativos de financiamiento para que su transición al mercado eléctrico sea más ágil.
“Lo que recomendamos a los usuarios finales que ya cuentan con contratos de suministro en curso, es llevar a cabo una auditoría para determinar la aplicación correcta de los diferentes elementos contractuales, verificar las condiciones de las mismas y evaluar las variables que pueden optimizarse para generar un impacto positivo en presupuesto”, dijo Treviño.
Las auditorías de contratos permiten ver si éstos se aplican correctamente y para identificar áreas de oportunidad que pueden aportar beneficios al consumidor. “Es frecuente que las auditorías permitan identificar errores en los contratos, por ejemplo en la aplicación incorrecta de formulas u obligaciones contractuales por parte del suministrador, que pueden sumar millones de dólares a través del tiempo”.
“Mejorar sus contratos puede ser la clave para ayudar a las empresas a salir adelante en la crisis económica actual”, concluyó María José Treviño.