Debo iniciar esta entrega confesando que anteriormente fui promotor de esta iniciativa de reforma la Ley de la Industria Eléctrica para subir a un megawatt (1 MW) el umbral de generación distribuida. Pero las perspectivas cambian. No creo que sea una buena idea y aquí mis razones, pero también mis propuestas.
Antes que otra cosa hay una confusión importante. Aunque por ahora van de la mano, la generación distribuida y la generación exenta no son lo mismo y pueden ser distintas. Por ejemplo, la generación distribuida está restringida a baja y media tensión (circuitos de distribución), mientras que la generación exenta (exenta de permiso de generación de la CRE) se podría hacer en alta tensión, aunque deberá tener estudios de impacto en redes de parte del Centro Nacional de Control de Energía.
Ahora, ¿por qué la propuesta de subir a un megawatt la capacidad máxima a instalar sin permiso de generación?, (es en realidad lo que busca la iniciativa).
Porque un proceso que debería ser rutinario y sin mayor complicación, como la solicitud de un permiso de generación, ha sido frenado por la CRE por razones ideológicas: “fortalecer” a CFE y evitar que “pierda” clientes, que generarían su propia energía, o parte de ella.
Pero hay un campo especial que han llamado “limbo energético”, en el cual no puedes instalar 500 kilowatts (kW), o más, de capacidad de generación sin permiso o de forma relativamente rápida, Sin embargo, hay empresas que demandan de la red más de 500 kW y no llegan a un megawatt (1 MW) de demanda, que es el umbral mínimo para ser usuario calificado y buscar un suministrador distinto a CFE, con precios de energía más bajos.
Entonces estos consumidores no tienen muchas opciones para bajar sus costos de energía, sino solo instalar hasta 499 kW, que representa una pequeña parte de su demanda eléctrica.
Ahora, para poder instalar Generación Distribuida es necesario contar con capacidad de alojamiento en las redes generales de distribución. Hay circuitos de distribución que tienen 1, 2, 4 y algunos hasta 8 MW de capacidad de alojamiento. Si en esos circuitos permitimos instalar 1 MW por contrato, en máximo 8 contratos se acaba la capacidad de alojamiento, atendiendo solo a ocho usuarios. Si la idea es “democratizar” la energía, como muchos argumentan de la Generación Distribuida, lo que habremos hecho en realidad es beneficiar a usuarios más grandes, lo que suena más a oligopólico que a democrático.
Sin lugar a dudas requerimos de dar opciones a la mediana industria para que pueda hacerse de electricidad más barata y cumplir con sus obligaciones corporativas de energía limpia, mediante la instalación de paneles solares, de manera que, cuando sea para su consumo propio, sin exportar a la red, sea fácil, sin permiso, solo cumpliendo con lo técnicamente necesario para no generar disturbios a la red.
Para eso, valdría la pena subir el umbral de generación exenta a 10 MW (es hasta donde el CENACE permite un estudio rápido de impacto en redes), que es algo que ya funciona en la modalidad de abasto aislado, pero de hecho la Generación Distribuida debería quedar más acotada, con una regulación distinta y para generadores de hasta unos 200 o 300 kW de capacidad instalada y con modelos de interconexión como los actuales. El umbral de generación exenta sería para aquellos generadores que no entregan energía a la red, o sea, que demandan más energía que la que generan y su instalación no debería tener impactos en la red.
“La Generación Distribuida debería quedar más acotada, con una regulación distinta y para generadores de hasta unos 200 o 300 kW de capacidad instalada”.
Además, hay que bajar el umbral también para acceder al mercado eléctrico como usuario calificado, más en ciudades tan densamente pobladas que tienden a tener menos espacio para instalaciones solares y, considerando que aún llenando techos enormes, se logra solo un pequeño porcentaje de la energía que se consume.
(Lea la séptima parte de esta entrega aquí)
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