Los equipos para recarga de autos eléctricos a instalarse en las estaciones de servicio tienen un costo de alrededor de los 80 mil dólares, lo que los hace onerosos, además de una infraestructura rezagada para abastecer de energía a todas las “electrolineras”, son algunos de los retos que enfrenta la electromovilidad.
“Las inversiones son fuertes y también dependerá de los servicios que quieran vender a los clientes. No es lo mismo cargar un vehículo en 25 minutos que cargarlo 2 horas”, dijo Andrés Gutiérrez Torres, hasta hoy presidente de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES).
En desayuno con medios de comunicación ofrecido esta mañana, el directivo refirió que tan solo el equipo para recarga de unas dos horas y media puede tener un costo de 80 mil dólares, o 1 millón 553 mil pesos.
En la conferencia, convocada para presentar al nuevo presidente de la Asociación, Mario Zamudio Martínez, y a los miembros del nuevo Consejo Directivo de AMPES para el periodo 2022 – 2023, Gutiérrez Torres consideró que los empresarios gasolineros tendrán que revisar su propuesta comercial para determinar si les es conveniente la instalación de cargadores para unidades eléctricas.
En este sentido, destacó la importancia de que surja un mercado para estos vehículos.
“Ahorita la proporción de vehículos eléctricos en México con respecto a los vehículos de combustión interna es pequeña”, añadió.
El 13 de noviembre de 2018, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) emitió un Acuerdo por el cual se permite la compraventa de energía eléctrica entre particulares, lo que abrió la puerta para que las estaciones de servicio y otros negocios puedan instalar puntos de recarga con fines comerciales.
Cabe recordar que el Acuerdo del regulador fue el resultado de una interpretación del artículo 46, fracción I, de la Ley de la Industria Eléctrica.
“Al incentivar la construcción de infraestructura para la recarga de autos eléctricos, se beneficiará a los usuarios de este tipo de vehículos pues tendrán la posibilidad de acceder a más puntos de recarga”, expuso la CRE en su momento.
Otro problema al que se enfrentará la industria es la diferencia en cuanto a la tecnología que utiliza cada fabricante.
“Por estrategia cada uno de los fabricantes de vehículos tiene sus propios métodos de carga y conexiones de carga”, agregó Gutiérrez.
Sin embargo, reconoció, el crecimiento de los autos eléctricos y la instalación de puntos de carga esa es una tendencia que lleva la industria.
Por su parte, Mario Zamudio subrayó que la infraestructura eléctrica de México se encuentra rezagada con respecto “a las velocidades a las que está creciendo el mundo en este tema”.
“No tenemos la capacidad energética para que todos los coches pasen de la noche a la mañana a tener vehículos eléctricos”, expresó.
“No tenemos la tecnología para trasladar la energía eléctrica de las zonas en donde se genera a las zonas de carga”, lamentó.