(Foto: The Austin Chronicle)
No es necesario legislar para prohibir el fracking en las actividades de extracción de hidrocarburos, toda vez que las técnicas y las necesidades energéticas evolucionan, por lo que cerrar esta puerta en la Ley cancelaría la posibilidad de explotar esos recursos en el momento en que se pudiera hacer.
En estos días, el Congreso de la Unión se encuentra analizando la iniciativa de reformas constitucionales propuestas por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que prohibirían las actividades de fractura hidráulica para la extracción de hidrocarburos –petróleo y gas–, conocida como fracking, así como la minería a cielo abierto.
En la iniciativa, enviada al Legislativo en febrero de este año, se exponen principalmente argumentos de protección al medio ambiente y referentes a las comunidades.
Al respecto, Energía a Debate conversó con Alejandra León, directora asociado para el área de Estrategia y Desarrollo de Negocios en Latinoamérica de S&P Global Commodity Insights, sobre el tema de la fractura.
“En una estrategia para el Cambio Climático, uso menos de hidrocarburos, cambiar el sistema energético sin afectar el suministro”, León comentó sobre la prohibición del fracking.
Explicó que actualmente esta actividad resulta complicada en México por varios factores, entre ellos, los bajos costos del gas natural de Estados Unidos con los que la producción nacional difícilmente podría competir; la integración de toda una cadena de valor y de proveeduría que no está madura en el país, y la falta de experiencia y técnicas para realizar esta práctica.
Sin embargo, aclaró que eventualmente esto se podrá sortear con el tiempo, de modo que no es necesario cerrar la puerta con una reforma legal.
El presidente López Obrador propuso la reforma no en leyes secundarias, sino directamente en el nivel del Artículo 27 Constitucional que dejaría esta actividad cerrada, con algunas excepciones que se prestarían a la discrecionalidad, según opinión de analistas del sector.
“Quizá sean recursos que ya no se usen por la razón que sea, pero no veo la necesidad de cerrar la posibilidad por completo”, expresó.
México cuenta con aproximadamente 113 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente (mmmbpce) en recursos prospectivos no convencionales. De ese total, alrededor de 40.5 mmmbpce se encuentran en las asignaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex), es decir, un 36 por ciento, mientras que otros 12.5 mmmbpce, u 11 por ciento, están en las áreas contractuales de las operadoras privadas que ganaron bloques durante las rondas petroleras.
Sin embargo, la mayoría de estos recursos no están asignados ni a la empresa estatal ni a las privadas. El volumen ascendería a unos 60 mmmbpce representando un 53 por ciento del total.
Lo anterior expone el enorme potencial que posee México en petróleo y gas que requerirían del fracking y que, juntos, suman más de 60 por ciento de los recursos totales –convencionales y no convencionales— del país.
Alejandra León asimismo expuso que actualmente existen estudios que han demostrado que hoy en día las técnicas de la fractura hidráulica no causan daños ambientales, además de que el agua se recicla, por lo que no se contaminan los acuíferos.
“El reto es eso, seguir evaluando, evaluando, evaluando y no necesariamente prohibiendo, prohibiendo, prohibiendo”, concluyó
Sin recursos para financiar fracking
Para dimensionar, del lado del financiamiento, la analista del sector añadió que varias naciones están avizorando la salida de los hidrocarburos, por lo que están utilizando los recursos que obtienen de ellos para financiar el cambio energético.
Pero, por el contrario, indicó que en México los recursos de los hidrocarburos se están canalizando principalmente para pagar las deudas de Pemex.
“Tenemos un problema de finanzas públicas difíciles. No estamos en esa parte de muchas naciones petroleras que puedan darse el lujo de usar el recurso de los hidrocarburos de hoy para financiar el cambio del sistema energético para el mañana”, reiteró.