Resulta extraño que entre tanta soberanía energética la Cuarta Transformación no haya promovido la del gas.
La semana pasada, la empresa filial CFEnergía advirtió sobre el riesgo de abasto de gas natural desde el sur de Texas destinado a generar electricidad ante la llegada estos días de una onda gélida a esa región y al norte de México, un escenario parecido al de febrero de 2021 cuando se pararon los campos productores tejanos, los precios se dispararon y hubo apagones en ambos lados de la frontera.
Nos sigue preocupando que la administración federal continúa apostando a las importaciones del energético, en vez de impulsar proyectos de exploración y producción –digamos, como las rondas petroleras–, de almacenamiento y, en general, de mayor infraestructura. Pero, al parecer, escucharemos una vez más el discurso heroicista de cómo la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se las arreglará, ella sola, para descongelar el sistema eléctrico del país.
Lenia Batres y su primera prueba
La flamante nueva ministra Lenia Batres Guadarrama pronto tendrá su primer encargo para trabajar a favor de los intereses de la Cuarta Transformación.
Le recordamos que hace aproximadamente un mes, la juzgadora hermana del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, tomó protesta como ministra, propuesta por el presidente de la República.
Y la semana pasada, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación rechazó un impedimento promovido por la Secretaría de Energía que pretendía bloquear a los ministros Alberto Pérez Dayán y Luis María Aguilar Morales –integrantes de la Segunda Sala–, para que no votaran sobre los amparos interpuestos por particulares contra la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica realizada durante la presente administración.
Ante esta resolución de la Primera Sala, el asunto pasará a su análisis, discusión y votación a la Segunda Sala, justo a la que pertenece la ministra Batres Guadarrama. Veremos la capacidad argumentativa de la ministra 4T en un tema que ha sido muy espinoso.
Emisiones de metano y la voluntad política
A pesar de que México ya cuenta con normatividad para prevenir y controlar sus emisiones de gas metano a la atmósfera, es la hora en que no hay manera de aplicarla.
Las disposiciones administrativas de carácter general (DACG) de 2108 establecen las acciones y los mecanismos que deberán adoptar todas las empresas del sector de hidrocarburos en las actividades en exploración y extracción para la prevención y el control integral de sus emisiones de metano.
Pero quienes saben de estos temas nos comentan que esta y otras disposiciones no se han aplicado únicamente porque no hay voluntad política. Sí, así de simple.
Según las estimaciones del organismo internacional Fondo para la Defensa del Ambiente, las emisiones de metano de México podrían alcanzar las 4.8 millones de toneladas cúbicas anuales, tan solo en el sector de los hidrocarburos. Mientras, las DACG son letra muerta.