Alrededor del mundo se han comenzado a sentar las bases de una economía basada en hidrógeno verde, lo cual abre la oportunidad a nuevos negocios para empresas públicas y privadas que pueden actuar como un elemento clave para la descarbonización y así cumplir con los objetivos para combatir el cambio climático.
México tiene la capacidad intelectual y financiera para desarrollar una economía de hidrógeno verde. Sin embargo, también se necesita invertir en el desarrollo de recursos humanos calificados que además sean capaces de generar políticas públicas que permitan la correcta inserción de esta tecnología en la matriz energética del país. En el aspecto legal, se requieren expertos en derecho energético, ambiental e industrial que permita promover las mejores prácticas legales y la inclusión de todos los actores relevantes de la cadena de valor de este energético.
De la misma manera, se requiere personal técnico calificado para todos los puntos de la cadena de valor del hidrógeno, además de una campaña de información sobre los beneficios de la utilización de este energético. Según datos de la GIZ, en México la capacidad nacional de electrólisis podría alcanzar los 38.7 GW, creando un mercado mexicano de hidrógeno verde que podría valuarse en aproximadamente 5,700 millones de dólares al año.
El potencial del hidrógeno verde para mermar las emisiones de gases de efecto invernadero se basa principalmente en la sustitución de los combustibles fósiles como fuente de energía por vehículos eléctricos de pila de combustible. El sector del transporte público y de carga representa uno de los nichos de oportunidad de negocio más importantes para este gas, debido principalmente a su intensidad energética. Se espera que este sector sea de los primeros en alcanzar competitividad en costos y que incluso se vuelva más económico que los vehículos de combustión interna convencionales y los vehículos eléctricos de batería.
“Es fundamental el desarrollo de instituciones y organismos reguladores autónomos que brinden certeza a las inversiones y promuevan la competitividad entre los participantes”.
El desarrollo de esta industria puede apoyarse a través de fuentes bancarias públicas, privadas o una combinación de ellas. De esta manera, se pueden generar estrategias de desarrollo para la implementación tecnológica y la transferencia de conocimientos de este energético, así como la creación de asociaciones académico-industriales e, incluso, a través de la cooperación internacional. Es fundamental el desarrollo de instituciones y organismos reguladores autónomos que brinden certeza a las inversiones y promuevan la competitividad entre los participantes.
El hidrógeno verde representa una oportunidad importante para la generación de empleos. Según datos de la Alianza Energética México – Alemania, se espera que a mediados de siglo 90,000 personas en México podrían trabajar en infraestructura de hidrógeno verde, de tal forma que 67% de los empleos creados serían en la producción del gas, 20% en estaciones de servicio y el 13% restante en la industria automotriz.
El sistema eléctrico nacional podría beneficiarse con el desarrollo de esta tecnología a través del almacenamiento de energía, lo cual podría aumentar la generación eléctrica a través de fuentes renovables y, además de los beneficios medioambientales, contribuiría para la soberanía energética del país.
México tiene un gran potencial para posicionarse como un productor competitivo de hidrógeno verde y de los equipos que funcionen con esta tecnología, como automóviles, turbinas, unidades de transporte y almacenamiento. Incluso, si se dieran las condiciones regulatorias, políticas y económicas adecuadas, México podría convertirse en un importante exportador de este energético. Para esto, se debe desarrollar una estrategia para el desarrollo del hidrógeno verde que tenga metas y acciones claras y alcanzables. De esta manera, se podría tener un avance acelerado de esta tecnología y México podría convertirse en un referente a nivel mundial para finales de esta década en la implementación de sistemas energéticos de hidrógeno verde.
*/ Aban Moreno posee la Maestría en Administración de la Energía y sus Fuentes Renovables por parte del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), además de ser ingeniero eléctrico-electrónico egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, con una Especialidad en Energía Eléctrica y otra en Ahorro y Uso Eficiente de la Energía. Se desempeñó como especialista de Investigación para Modelación en el ITESM y como investigador en el “Laboratorio Binacional para la Gestión Inteligente de la Sustentabilidad Energética y la Capacitación Tecnológica” como parte del subproyecto “Plataforma Tecnológica para la Toma de Decisiones”. Asimismo, fue investigador para la Agencia Danesa para la modelación de escenarios para el sector energético mexicano y consultor para Ombudsman Energía México, A.C. Actualmente es gerente de Desarrollo de Negocios de OLEUM Servicios y Dictaminación Técnica y académico de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
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