El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que el próximo 1 de julio se concluirá la construcción de la refinería de Dos Bocas.
A partir de ese día, dijo el mandatario, la planta iniciará un periodo de prueba de seis meses para dar inicio a la primera etapa de la operación.
“Va a iniciar un proceso de prueba en la refinería de Dos Bocas, como inició un periodo de pruebas cuando hicieron la última refinería, que fue en Salina Cruz (Oaxaca) hace poco más de 40 años. La iniciaron y llevó como seis meses, ocho meses, que ya empezara a producir de manera óptima. Pues nosotros vamos a iniciar un proceso el día primero que va a llevar posiblemente seis meses”, dijo.
Sin embargo, las declaraciones del presidente van en contra del propio cronograma que tiene la Secretaría de Energía y que señala que en julio, Pemex todavía estará recibiendo equipos y tendrá instalaciones pendientes de miles de kilómetros de cableado, tuberías y hasta el gasoducto que conectará a la refinería y que proviene desde Cactus, en Chiapas.
El mandatario recordó que la refinería tendrá una capacidad de procesar 340 mil barriles diarios.
También en su conferencia diaria, añadió que esta semana el gobierno federal definirá si se construye otra planta coquizadora en la refinería de Salina Cruz.
“El plan es terminar la coquizadora de Tula para finales del año próximo. Esta semana resolvemos ya el inicio de la construcción de otra conquizadora en Salina Cruz para procesar combustóleo y producir gasolinas. Porque la gasolina tiene más precio que el combustóleo, pero no sólo eso, se deja de contaminar con el combustóleo y se exprime más el crudo. Se obtiene más gasolinas para lograr el objetivo de la autosuficiencia, que ese es el propósito principal”, insiste.
Al hacer un recuento de las inversiones en refinación, el presidente aseguró que durante su sexenio se han invertido 37 mil millones de pesos en la rehabilitación del Sistema Nacional de Refinación, lo que ha permitido elevar a alrededor de 800 mil barriles diarios la producción de derivados del petróleo, contra 400 mil que se procesaban en diciembre de 2018.