El Cuarto Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador cuenta con varios matices energéticos interesantes, pero también hay yerros que son difíciles de obviar.
O tal vez no sean hierros y simplemente traten de engañar.
Uno de ellos es la idea que tienen en Pemex, la Secretaría de Energía y el Gobierno Federal sobre el significado de los “combustibles limpios”.
En este caso, el gobierno federal alega en la página 364 del informe un incremento anual de 25.5 por ciento en la producción de “combustibles limpios” y luego pone entre paréntesis las palabras “gasolina, diésel y turbosina”.
Esto que le estamos diciendo no es broma, en verdad hay cosas que no se pueden inventar.
Pero para que quede claro, los combustibles limpios se refieren a los que tienen emisiones netas cero o que tienen componentes de reciclaje. Algunos ejemplos son los biocombustibles, el hidrógeno verde y un largo etcétera, pero nunca la gasolina, el diésel ni la turbosina. Incluso considerando al Diésel Ultra Bajo Azufre (UBA), la producción de este combustible no cubre ni la tercera parte del diésel que se consume en todo el país, y recordemos que esta administración suspendió la NOM que obligaba a que PEMEX produjera combustibles UBA.
El problema que viene
Y ya que estamos con Pemex, en la semana se reveló en los medios que hubo otra, sí, otra fuga de metano. El problema fue en el mismo complejo: Ku Maloob Zaap, el activo más grande de Pemex por volumen de producción.
Este complejo está causando muchos problemas. Ahí fue donde se detectó la fuga submarina que fue bautizada como “el ojo de Sauron”, por su parecido con la relatoría de El señor de los anillos; ahí explotó la plataforma e-Ku-A2, que afectó la producción de Pemex de forma temporal, y ahí se detectaron dos fugas masivas de metano, no planeadas.
Además, Ixachi, el campo de gas más importante que se echó a andar dentro de la 4T, tiene una sanción de la CNH.
Eso es lo que ha pasado en cuatro años con los campos que tienen mayor atención en Pemex, ¿qué pasará en los que tienen menos visibilidad?
Un poco de luz
Dos Bocas es una caja negra, pero hasta en los rincones más oscuros llega el momento de prender al menos una vela.
El Cuarto Informe de Gobierno reveló que hasta el 1 de julio de 2022, es decir, cuando se inauguró la primera fase constructiva de la refinería, se habían invertido ocho mil 918.5 millones de dólares, más mil 426 millones de dólares de IVA. Esto suma 10 mil 341 millones de dólares, reiteramos, hasta ese momento.
Como le comentamos por aquellas fechas, en el mejor de los casos, en ese momento la refinería estaba a un 45% de avance.
Ya después nos enteramos que la Refinería Olmeca tuvo que pedir seis mil 500 millones de dólares más, porque no les alcanza el dinero. La cuenta va a más del doble de lo prometido y seguramente el 8 de septiembre nos enteraremos de una carretada más de dinero que le echarán al barril sin fondo que representa la planta prometida por el presidente López Obrador, quien, por cierto, la semana pasada reconoció que en el presupuesto original de Dos Bocas no se calcularon equipos necesarios para su funcionamiento, un error que costó seis mil 500 millones de dólares… nada más. Pero ¿Acaso olvidaron que recibieron los presupuestos de tres de las empresas internacionales con experiencia en la construcción de refinerías o también se les olvidaron los equipos críticos?