Guillermo Pineda Bernal, comisionado de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), advierte que “la escasez de diésel ya es un hecho” que se presenta a nivel mundial y empieza a dar sus primeros signos en México.
Durante una conferencia magistral organizada por la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (Ampes), el comisionado dijo que este fenómeno se debe a un aumento en la demanda y una baja oferta ocasionada por la guerra entre Ucrania y Rusia, situación que ha elevado los precios.
Pineda Bernal mencionó que la información proveniente de Estados Unidos apunta a que los precios del diésel empezarán a bajar durante este trimestre, conforme la Unión Americana incremente la producción en las refinerías, aunque el valor de este combustible se mantendrá más alto que en años anteriores, por lo que pidió a los empresarios del sector no bajar los brazos.
Además, reconoció que la falta de producto puede reflejarse con mayor fuerza en México, debido a que los inventarios del combustible en Estados Unidos alcanzaron 105 millones de barriles en 2022, su nivel más bajo desde 2008.
El último reporte de Estadísticas Petroleras de Pemex señala que el país exporta aproximadamente la mitad de la demanda de diésel, por lo que la caída de los inventarios en Estados Unidos puede afectar a México en el corto plazo.
Pineda Bernal dijo que la caída en la producción de refinerías estadounidenses y la baja en las exportaciones de crudo desde Rusia, está causando que el diésel tenga una crisis, debido a que la demanda ya casi alcanza los niveles previos a la pandemia. “No se está logrando abarcar toda la demanda que se tiene”, afirmó.
En este mismo sentido, Pineda Bernal advirtió que la caída en los permisos para los privados ha afectado la importación de combustibles en el último año.
El representante del regulador señaló que en mayo la importación de gasolina de Pemex tuvo un incremento de seis por ciento anual, mientras que la de los privados se contrajo poco más de 34 por ciento.
La historia con el diésel es similar, pues mientras las importaciones de Pemex aumentaron 31 por ciento, las de los privados se contrajeron 26 por ciento.