El principal reto que representa la transición energética para las finanzas públicas es compensar la proporción que representan los ingresos petroleros en relación con los ingresos totales, advierte el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
De acuerdo con el organismo, las reservas probadas del país podrían aportar tres billones de pesos al Estado por el pago de impuestos.
Sin embargo, este monto puede disminuir ante la transición energética, pues ésta causaría una disminución en la demanda de crudo.
Esto ocurriría en caso de que el gobierno federal no encuentre mecanismos que compensen el impacto de la descarbonización.
Señala que la incertidumbre sobre la demanda de petróleo, la disminución de las reservas petroleras y los costos de oportunidad de una política energética que privilegia el petróleo y gas, incrementa el reto para las finanzas públicas.
El valor de las reservas probadas, señala el CIEP, representa 2.5 veces los ingresos generados por el sector de hidrocarburos previstos para este año.
En este sentido, el organismo señaló que es urgente desarrollar una estrategia que compense la pérdida de ingresos públicos, debido a la descarbonización.
El CIEP propuso revisar la asignación de subsidios energéticos, así como impulsar los impuestos ambientales a nivel estatal.
Las finanzas públicas a nivel nacional y estatal deben adaptarse para respaldar esta transformación, lo que implica ajustes en los ingresos, gastos y políticas fiscales, agrega el organismo.