En un contexto donde la energía ya no solo se consume, sino que se gestiona, el load shifting emerge como una de las estrategias más inteligentes —y menos comprendidas— para optimizar el uso de la red eléctrica y mejorar el rendimiento de los sistemas de almacenamiento (BESS).
A diferencia de otras estrategias más conocidas, como el peak shaving tarifario, el load shifting no solo busca reducir la demanda registrada por CFE, ni depende necesariamente de tarifas con bloques horarios diferenciados. Su propósito es otro: anticiparse a momentos de alto consumo energético y desplazar esa carga a otro momento del día, sin alterar la operación del usuario.
Esto no implica consumir menos energía, sino consumirla cuando sea más conveniente para el sistema, ya sea por razones económicas, técnicas o de confiabilidad operativa.
Un enfoque distinto al peak shaving tarifario
En artículos anteriores ya explicamos que el peak shaving tarifario no está relacionado con picos de consumo energético, sino con evitar registrar consumo durante los horarios punta definidos por CFE. Es decir, no importa si una instalación consume 24 horas al día de forma estable: si parte de ese consumo ocurre en el horario más costoso, el impacto económico es alto.
El modelo financiero del peak shaving tarifario es predecible, porque se basa en calendarios oficiales y curvas de carga constantes. El BESS descarga energía en horario punta y se recarga en horario base. Así, el usuario reduce su demanda registrada sin alterar su operación.
En cambio, el load shifting no parte de un calendario preestablecido, ni necesita que el consumo sea constante. Al contrario, está diseñado para instalaciones con curvas de carga variables, como procesos por batch, picos operativos irregulares o equipos que arrancan y se detienen a lo largo del día.
¿Cómo funciona el load shifting?
Actúa cuando se anticipa un pico de consumo real, no tarifario. El sistema de almacenamiento se carga previamente —en un horario de menor consumo o incluso durante la noche— y se descarga justo cuando se espera el aumento de carga. Así, la energía que se habría demandado en ese momento crítico proviene de la batería, no de la red.
Esto tiene múltiples beneficios:
- Evita sobrepasar la capacidad de transformadores o acometidas.
- Previene penalizaciones internas por demanda instantánea.
- Suaviza los perfiles de carga ante el operador de red.
- Reduce la necesidad de sobredimensionar infraestructura eléctrica.
Y lo más interesante es que este patrón de descarga no es estático ni programado de forma manual, sino que puede derivarse de modelos predictivos basados en inteligencia artificial.
EMS con IA: la clave para predecir la carga
En un sistema moderno, el EMS (Energy Management System) no solo actúa como un despachador de energía, sino como un motor de decisiones inteligentes basado en datos. A través de historiales de consumo, aprendizaje automático y análisis de variables como temperatura ambiente, tipo de operación y tendencias horarias, el EMS puede anticipar con alta precisión cuándo se espera un aumento de carga, y calcular el perfil óptimo de descarga del BESS.
Esto significa que no reacciona a un pico ya ocurrido, sino que se prepara antes de que suceda.
“El EMS con IA convierte el almacenamiento en un sistema proactivo, no reactivo.”
Este tipo de estrategia es especialmente útil para instalaciones que no operan 24 horas, pero que presentan picos fuertes al arranque, como fábricas, centros logísticos, hoteles o centros comerciales. También aplica en esquemas donde se busca evitar la activación de generadores de respaldo o la sobredemanda sobre transformadores.
Ejemplo práctico
Imaginemos una planta que opera de 7:00 a 17:00, con un pico marcado al arranque por el encendido de motores. Este pico dura apenas 20 minutos, pero es suficiente para que el medidor registre un valor de demanda elevada que repercute en el recibo mensual o que sobrecargue la subestación interna.
Con una estrategia de load shifting, el sistema de baterías se carga durante la noche, cuando no hay actividad. Luego, entre las 6:50 y 7:10 a.m., se descarga parcialmente para cubrir ese pico anticipado, manteniendo la demanda neta dentro de un rango estable. El resto del día el sistema puede permanecer en reposo o incluso recargarse si hay energía solar disponible.
En este caso, no se trata de tarifa punta ni de bloques horarios, sino de evitar que el comportamiento intermitente de la carga provoque ineficiencias técnicas y económicas.
¿Dónde aplica mejor?
El load shifting es ideal para instalaciones con:
- Procesos intermitentes o batch.
- Arranques diarios con picos de demanda.
- Curvas de carga que varían de día a día.
- Transformadores o acometidas limitadas.
- Sistemas que combinan energía solar con red.
A diferencia del peak shaving tarifario, que depende de la estabilidad del consumo y de un calendario oficial, el load shifting requiere flexibilidad operativa y una buena capacidad de análisis predictivo.
Consideraciones técnicas
Diseñar un sistema de load shifting efectivo implica:
- Medir con precisión la curva de carga horaria y su variabilidad.
- Estimar el volumen de energía que se puede desplazar sin afectar la operación.
- Calcular el tamaño óptimo del BESS, considerando la duración y frecuencia de los picos.
- Contar con un EMS capaz de anticipar y responder, en lugar de solo ejecutar reglas fijas.
Además, es fundamental que el BMS del sistema reporte en tiempo real el estado del banco de baterías, para asegurar que esté disponible, cargado y en condiciones óptimas cuando se requiera la descarga.
Mover la carga para mover el ahorro
El load shifting representa un avance en cómo concebimos la gestión de la energía. Ya no se trata solo de consumir en horario barato, sino de alinear el uso de energía con las necesidades reales del proceso, evitando picos indeseados y distribuyendo mejor la carga sobre la red.
Es una estrategia que combina almacenamiento, análisis de datos, automatización y gestión inteligente. Y en un mercado donde cada vez más industrias buscan eficiencia sin sacrificar continuidad operativa, el load shifting emerge una herramienta clave para anticiparse al consumo… y no pagar el precio de reaccionar tarde.
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