La transición energética en México es un asunto que viene de tratados internacionales que adquieren el mismo nivel de la Constitución, por lo que podríamos decir que la propia transición es un mandato constitucional, esto en el marco de la lucha contra el cambio climático y por garantizar el acceso a un medio ambiente sano, uno de los Derechos Humanos.
Desde ese punto de vista, las acciones de este gobierno habrían sido contrarias a la Constitución al bloquear la entrada de inversiones en energía limpia. Son pocos los proyectos nuevos relativos a generación solar desde el cambio de gobierno y los eólicos son mucho menos.
Pero no solo eso. Aunque algunos proyectos del sexenio pasado se concretaron en el actual, hay muchos otros que no han podido iniciar su construcción, pero de cualquier forma el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) han bloqueado su entrada en operación con diversos pretextos.
Hasta aquí lo que parecía un bloqueo y, lo más delicado, sobre todo en energía limpia y renovable.
Pero el año pasado la cosa estuvo peor, pues no solo se bloquearon entradas en operación, sino que algunas centrales que ya estaban trabajando sufrieron limitaciones en la cantidad de energía que podían entregar, incluso algunas fueron desconectadas.
¿De qué tamaño es el daño?
Revisemos los números.
De 2021 a 2022, el aporte de la eólica pasó de 21 a 20.3 terawatts-hora (TWh), lo que significó una reducción de 6.5 a 6 por ciento en su participación en la generación total nacional.
La solar fotovoltaica descendió de 17 a 16.2 TWh en el mismo periodo, una disminución de 5.2 a 4.8 por ciento de aportación al sistema.
Sumadas, la energía proveniente de recurso solar y eólico pasó de 11.7 a 10.8 por ciento del total de la matriz eléctrica, esto es, de 38.1 a 36.5 TWh.
Pero cuidado. Ninguna central eólica ni solar llegó al final de su vida útil, ni se desinstaló; por el contrario, algunas entraron en operación. Entonces, ¿por qué la generación decreció?
Al mismo tiempo que las renovables bajan su aportación al sistema (energía que ofrecen pero ordena el CENACE), el carbón tiene una subida importante. Creció de 8 a 14 TWh, o sea, de 2.6 a 4.2 por ciento de la matriz eléctrica del país.
¿Sacaron de despacho a las renovables para meter a las de carbón? Eso parece.
Y de ser así, representaría un absoluto retroceso que además afecta la competitividad del país al encarecer la energía que consumimos todos.
“Representaría un absoluto retroceso que además afecta la competitividad del país al encarecer la energía que consumimos todos”.
La diferencia entre 2021 y 2022 es como si el país hubiera desinstalado un parque eólico de 185 MW y uno solar de 536 MW. En otras palabras, lo que el CENACE ha dejado de despachar de solar es como si se sacaran de operación 4.5 parques como el que está construido hasta ahora en Puerto Peñasco… y no conectado, por cierto.
¿Quiere un número más drástico que explique lo que el CENACE ha dejado de despachar de solar?
En el primer semestre de 2022 se instalaron 270 MW en paneles solares bajo la modalidad de Generación Distribuida. Si duplicamos el primer semestre para hacer una proyección simple, en todo el año se debieron conectar unos 540 MW en paneles. Entonces, los cortes a generación solar que ha hecho el CENACE con diversos pretextos es como si en todo el año no se hubiera instalado un solo panel solar en los techos de todo el país.
Ahora, ¿cómo se ha dejado de recibir la energía solar y eólica?
Siguen siendo, y por mucho, las centrales que ofrecen los costos de generación más bajos. Es imposible pensar que las de carbón puedan ofrecer energía a costos menores.
La reforma a la Ley de la Industria Eléctrica de 2021 sigue suspendida por el Poder Judicial, entonces no se puede aplicar.
Sin embargo, parece que están forzando al sistema a recibir lo que se conoce como “fuera de mérito”, pero eso lo platicaremos en otra ocasión.
Por mientras, ya podemos dejar de llamar a este gobierno como el que frenó la transición energética, para llamarlo “el de la regresión energética”.
¿Para eso quieren la soberanía?
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