La próxima administración federal se verá obligada a implementar una reforma fiscal profunda que incremente los ingresos tributarios, aseguró BBVA Research.
De acuerdo con el documento El Paquete Económico 2024 cerrará sexenio sin desequilibrio fiscal, sería deseable que la reforma fuera de gran calado y busque reducir la informalidad y establezca una mayor eficiencia en la ejecución del gasto público.
La reforma será necesaria ante la “previsible fragilidad de las finanzas públicas en los próximos años”, que será provocada por los programas sociales, el continuo apoyo a Pemex, el deterioro de infraestructura, debido a la falta de mantenimiento, así como el costo financiero de la deuda y el pago de pensiones públicas.
De acuerdo con el documento, el déficit público previsto por la Secretaría de Hacienda para el año entrante resulta “preocupante y sorprendente”, en un contexto en el que la dependencia gubernamental crecerá por encima de su potencial. El crecimiento para el año entrante fue estimado en 2.6 por ciento.
“Es decir, la política fiscal sería procíclica y esto iría en detrimento de la trayectoria de la deuda pública como porcentaje del PIB. En contraste, una política fiscal contracíclica, en la que se tuvieran déficits públicos solamente cuando el crecimiento económico fuera menor al potencial, promovería una mayor estabilidad en el cociente de deuda pública a PIB”, dijo el banco.
En este sentido, el banco sugirió seguir el ejemplo de Chile, el cual cuenta con una regla fiscal que asegura un déficit estructural de cero en el mediano plazo.
“Este tipo de reglas evita que la deuda pública como porcentaje del PIB tenga una trayectoria ascendente al promediar déficits con superávits públicos a través del tiempo. Si bien el gobierno federal prevé mantener el Saldo de los RFSP constante en 48.8 por ciento del PIB entre 2024 y 2029, la estrategia que propone resulta poco creíble dado que en sus proyecciones el gasto de operación, el gasto de capital y el gasto no programable se reducirán en 1.3, 1.1 y 0.6 puntos porcentuales, respectivamente, entre 2024 y 2025. Lo anterior haría posible que los RFSP se ubicaran en -2.6% del PIB en 2025”, dijo.
Además, el banco señala que no parece sostenible para las finanzas públicas de un país que recaude 14.4 por ciento del PIB, que el gasto en desarrollo social sea 12.8 por ciento del PIB, pues reduce el margen de maniobra para gastar en otros rubros del gasto del gobierno federal.