Héctor Moreira Rodríguez, comisionado de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), aseguró que México tiene más recursos prospectivos de gas y de petróleo en yacimientos no convencionales que en las áreas convencionales, por lo que manifestó que es necesario considerar la explotación de estos recursos para incrementar la producción de petróleo y gas en el país.
En entrevista con Energía a Debate, el comisionado Moreira Rodríguez mencionó que, de acuerdo con datos del regulador, en el país existen recursos prospectivos de petróleo por 68 mil 100 millones de barriles, de los cuales 32 mil 100 millones corresponden a yacimientos convencionales (47.1%), mientras que en los yacimientos no convencionales hay recursos por 36 mil millones de barriles (52.9%).
En el caso del gas natural, la historia es similar, pues los recursos prospectivos del país correspondientes a este hidrocarburo se ubican en 224 mil 700 millones de pies cúbicos, de los cuales 83 mil 200 millones están en yacimientos convencionales y 141 mil 500 millones de pies cúbicos restantes están en áreas no convencionales. Este último dato representa casi 63 por ciento de los recursos prospectivos totales de gas en el país.
De 2018 a 2022, Héctor Moreira coordinó la elaboración del libro Retos y Oportunidades de la Producción de Petróleo y Gas Natural de Yacimientos No Convencionales en México, donde detalla que, a nivel global, México se encuentra dentro de los 10 países con más recursos no convencionales técnicamente recuperables tanto de petróleo como de gas.
Si revisamos los datos específicos de los yacimientos no convencionales por tipo de hidrocarburo, México se ubica en el octavo lugar mundial en petróleo, mientras que en gas sube al sitio número seis.
Durante la entrevista, el comisionado destacó las ventajas de los yacimientos no convencionales:
“Existen yacimientos no convencionales poco profundos donde se puede explorar y empezar a producir en dos o tres años, en cambio en los yacimientos convencionales existentes en el país se puede tardar hasta cuatro o cinco años. Por lo tanto, el desarrollo no convencional es más rápido.
Sin embargo, señaló que los pozos no convencionales enfrentan una mala imagen, aunque aseguró que a pesar de que en algún momento se tenía preocupación por los posibles impactos ambientales, hoy pueden ser mitigados, por lo que este sector requiere “una labor de convencimiento basada en información”.
Un problema de los yacimientos no convencionales es que en general se mencionan varias limitaciones. En primer término, mencionó que se tiene la percepción de que los pozos no convencionales utilizan grandes cantidades de agua.
“Si tú mides cuánta agua se necesita por pozo, un convencional necesita menos que un no convencional, pero el agua que utilizas en un pozo no convencional se recupera cuando sale, por lo que se puede reutilizar. Como ejemplo, pensemos que se requieren 20 metros cúbicos por pozo, pero para el no convencional, se vuelven a utilizar parte de esos mismos 20 metros cúbicos en el pozo que sigue”, detalló.
En esta publicación, Moreira Rodríguez recopiló datos sobre el uso del agua que requiere la industria petrolera en Pennsylvania, Estados Unidos, que alberga el desarrollo de la Formación Marcellus, una de las más grandes de ese país.
En este sentido, el documento detalla que en esa región se consumen diariamente 34 mil 780 millones de litros de agua para las actividades cotidianas, de los cuales, menos de 55 millones son utilizados para los pozos no convencionales, lo que representa menos de 0.1 por ciento.
Además, aunque reconoció que el fracturamiento hidráulico sí produce sismicidad, aclaró que nunca se ha registrado un temblor de magnitud mayor a tres, mientras que, por ejemplo, en la Ciudad de México, cada año se registran más de mil sismos superiores a esa magnitud, sin que esto sea un problema para la población.
“Otra cosa que se piensa es que el desarrollo no convencional contamina los mantos acuíferos, y ahí la respuesta es no, porque se pone un revestimiento para preservar la integridad del pozo antes de inyectar el agua que se va a utilizar para el fracturamiento. Entonces, no hay manera de que esa agua se filtre a los mantos acuíferos, que generalmente están a una profundidad de sesenta a mil metros, mientras que los yacimientos no convencionales se encuentran de mil a cuatro mil metros”, mencionó.
Por ello, consideró que existen datos duros para tener una discusión con los grupos que están preocupados sobre el impacto que tienen los pozos no convencionales.
Aporte a la seguridad energética
Héctor Moreira comenta que los pozos no convencionales pueden resultar menos atractivos para Pemex si lo que la empresa busca es maximizar su rentabilidad.
El comisionado de la CNH menciona que la relativa menor rentabilidad se debe a que los pozos no convencionales contienen en su mayoría gas natural; sin embargo, la rentabilidad y el potencial de negocio de este insumo depende del cristal con el que se mire.
Sin embargo, al analizar la situación del país, el comisionado considera que a México le conviene incrementar la extracción de gas, debido a que permite incrementar la seguridad energética y a que tiene una cadena de valor más larga y un enorme potencial de negocio, especialmente en la industria petroquímica.
El experto recuerda que México importa altas cantidades de gas natural y de productos petroquímicos.
“En este momento, lo que exportamos de petróleo no alcanza a pagar lo que importamos de gas y petroquímicos”, añade.
Finalmente, consideró que es necesario que el sector de hidrocarburos siempre tenga una mirada de planeación estratégica a largo plazo.