El banco privado Julius Baer adelanta que existen distintos factores que podrían generar precios del petróleo más bajos a largo plazo.
De acuerdo con un análisis de la institución financiera, entre estos factores destacan la reapertura de China, pues ha elevado visiblemente el estado de ánimo del mercado con miras a un crecimiento, mientras que los impactos fundamentales a la segunda economía más grande del mundo podrían ser moderados.
“Con el aumento de la producción, menos restricciones políticas y el estancamiento de la demanda mundial de occidente, vemos una reducción de la oferta en lugar de una contracción. Esto apunta a precios más bajos a largo plazo, potencialmente ayudados por un eventual cambio de humor del mercado”, señala el banco.
Además de China, el banco estima que el almacenamiento comercial en América del Norte es amplio y se adapta bien a la retirada progresiva de las liberaciones de suministro del almacenamiento estratégico.
“Vemos un crecimiento de la demanda en China, especialmente en los segmentos relacionados con los viajes, como los combustibles aéreos, pero este crecimiento debería ser bien absorbido por el almacenamiento anecdóticamente lleno, el aumento de la producción a nivel mundial y la reducción estructural del uso de combustible de autotransporte en partes del mundo occidental”, detalla el banco.
En este sentido, destacó que los principales segmentos chinos, incluidos los combustibles para autotransporte y los productos químicos, se mantuvieron fuertes durante los periodos de restricciones sanitarias, mientras que la demanda relacionada con la construcción debería experimentar obstáculos durante más tiempo.
Además, el banco descartó que la guerra en Ucrania y el embargo europeo sobre los productos petrolíferos rusos, que inicia este fin de semana, provoquen olas en el mercado petrolero general, dada la experiencia anterior con el embargo del petróleo crudo.
“Las tendencias establecidas apuntan a una relajación fundamental continua y tibia. El estado de ánimo mejorado del mercado ha elevado los precios últimamente, pero este apoyo debería seguir siendo temporal. Vemos precios más bajos a más largo plazo, en línea con las expectativas del mercado de futuros”, menciona la institución financiera.
Por otra parte, este miércoles la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) mantuvieron sin cambios la política de producción en un tope de 27 millones de barriles diarios, mientras que la propia OPEP y la Agencia Internacional de Energía prevén que el mercado mantenga un equilibrio entre la oferta y la demanda internacional de petróleo, al menos durante los primeros tres meses de este año, lo que ayudaría a aliviar los precios del crudo.
Ayer, el West Texas Intermediate (WTI) cerró la sesión con una pérdida de 2.40 por ciento, al ubicarse al cierre en 76.98 dólares por barril.
Las pérdidas se debieron a la publicación del reporte semanal de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas), que mostró un incremento de los inventarios de 4.14 millones de barriles en la semana que finalizó el 27 de enero, señala Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base.
“El aumento en los inventarios se interpretó como señal de debilidad de la demanda por hidrocarburos, sobre todo porque la semana previa la utilización de refinerías se redujo 0.4 por ciento a 85.7 por ciento, mientras que las exportaciones de petróleo cayeron 25.81 por ciento semanal a 3.49 millones de barriles diarios. Adicionalmente, los inventarios de gasolina crecieron 2.57 millones de barriles y los inventarios de destilados aumentaron 2.32 millones de barriles”, concluyó.