Hoy será el día en que se dará a conocer el tan esperado nombre de quién heredará 1.8 billones de pesos en deuda bajo el logotipo de Pemex. En este mismo espacio le comentamos que el candidato más barajado en la opinión pública es Víctor Rodríguez Padilla.
En su equipo podría integrarse Ana Margarita Pérez Miranda, una actuaria egresada de la UNAM que ha dedicado gran parte de su extensa carrera profesional al área energética, principalmente a la comercialización y administración de riesgos industriales en petrolíferos, gas y petroquímica.
Su nombre ha aparecido para llevar la Dirección General de Pemex Transformación Industrial (Pemex TRI), la cartera de las refinerías de Pemex, quizá el área con mayores retos de la petrolera nacional.
De ser así, estaríamos viendo a la primera mujer en dirigir esa área en la historia de Pemex. Su trayectoria la respalda, pero el desafío no será nada fácil. Tan solo en el primer semestre de este año, Pemex TRI tuvo pérdidas históricas por 261.7 mil millones de pesos, una cifra similar al gasto total anual de la Ciudad de México. Además, le va a tocar ver cómo fondear la nueva refinería de Dos Bocas. ¿Quién puede con todo eso?
Último informe y la lista de promesas
Este domingo será el sexto y último informe del presidente de la República. Según dijo el propio mandatario, el evento será en el Zócalo de la capital del país y la convocatoria marca las 11 de la mañana. ¿Qué irá a decir? ¿Habrá compuesto Pemex sus finanzas de aquí al domingo para afirmar que tiene cuentas sanas y su producción es mejor que antes? ¿Habremos alcanzado la tan añorada autosuficiencia energética? ¿Se consolidó el “rescate” de Pemex y de CFE? ¿Sí tendremos gasolinas con precios cercanos a los 10 pesos por litro, o al menos por debajo de la inflación? ¿La refinería de Dos Bocas estará produciendo al 100 por ciento de su capacidad? ¿Ya no habrá por fin huachicol? ¿Gas Bienestar estará ofreciendo gas LP a precios por debajo del mercado con cobertura nacional? ¿Somos soberanos en litio y otros minerales críticos? ¿Aumentamos nuestra producción de energía eléctrica limpia? ¿Tenemos mejor ambiente regulatorio que dé certeza jurídica para atraer más inversiones? ¿Mejoró nuestra relación con nuestros socios comerciales?
Nosotros, por lo pronto, hemos preparado nuestra lista para ir palomeando –o tachando— cada punto. ¿Usted ya tiene la suya?
Subsidios, del SAT a tu recibo de luz
Permítanos compartirle una pequeña reflexión. La semana pasada, el presidente de la República echó en cara a la Suprema Corte de Justicia de la Nación de Norma Piña Hernández su tortuguismo para destrabar 35 mil millones de pesos atorados en un par de amparos contra pagos de impuestos al Servicio de Administración Tributaria (SAT).
El argumento del jefe del Ejecutivo federal es que se necesita ese dinero para pagar subsidios eléctricos en lo que resta del año. Es que a nosotros nos brinca un par de cosas. ¿No sería más sensato destinar esos recursos a rubros más urgentes como salud? ¿Y no hemos gastando ya suficiente en subsidiar energía cara e ineficiente, cuando podríamos dar facilidades a inversiones en energía más limpia y con mejores tecnologías que permitan tener costos menores?
Igualmente nos llama mucho la atención esta persistencia de la 4T por esperar de eventualidades tener dineros para planes y programas públicos que, por Ley, ya cuentan con presupuesto. ¿Será que no hay una verdadera planeación de las finanzas públicas? Es pregunta.