Si México desea manejar la electromovilidad como una estrategia nacional, deberá dar más pasos en materia de regulación, consideró Guillermo García Alcocer, profesor de Macroeconomía y Regulación en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Por ello, recomendó que se realice una discusión para elaborar una Ley de Electromovilidad en México que incluya una extensión de los incentivos fiscales a la importación de vehículos eléctricos, la deducibilidad de activos, incentivos económicos, cobro de la infraestructura de carga en electrolineras y una directriz nacional para la red eléctrica pública.
García Alcocer, quien fuera también comisionado presidente de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), participó en el webinar “El nicho de las electrolineras en tiempos de Transición Energética”, organizado por la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES).
Recordó que actualmente ya existe una regulación en materia de venta de energía eléctrica en las llamadas electrolineras, publicada por la CRE el 17 de diciembre de 2018.
“Ya está la regulación de cómo revender la electricidad, pero creo que sí se necesita una política nacional de fabricación de las baterías”, aseguró.
Sin embargo, se pronunció por “dar más pasos” para lograr una estrategia nacional en electromovilidad.
En su propuesta para la elaboración de la Ley en la materia, García Alcocer recomendó presentar una extensión o ampliación del plan de incentivos o de estímulos fiscales a la importación de vehículos eléctricos para más allá de 2024, al menos hacia 2030.
Después de ese año, extinguir de manera progresiva el levantamiento de los aranceles junto con la implementación de un plan de contenido nacional.
En la deducibilidad de activos, refirió que en la actualidad la compra de los vehículos eléctricos es deducible hasta por 250 mil pesos.
“Esta premisa debería modificarse, ya que dichos autos se utilizan para prestar un servicio a un tercero, circunstancia que apoya la reducción de la huella de carbono en las ciudades”, expresó.
Señaló que por ahora los incentivos para la compra de automóviles eléctricos en México son la exención al Impuesto sobre Automóvil Nuevo (ISAN), a la tenencia vehicular, al refrendo anual, a la verificación semestral y no entran en el programa Hoy No Circula en ninguna de sus modalidades, entre otros.
Para la propuesta de Ley igualmente incluyó los llamados “incentivos económicos genéricos”. En este rubro sugirió que se apliquen en el transporte de pasajeros y en las flotillas comerciales, pero no para el transporte privado.
Al respecto, aseguró que esto ayudaría a la descarbonización de la movilidad, ya que, por ejemplo, un taxi se utiliza en promedio tres veces más que un auto particular.
En la regulación, no olvidó la parte de las certificaciones. Por ello propuso una Certificación Nacional de Protocolo de Seguridad, Comunicación y Certificado de Calidad de Cargadores.
Sobre el tema sugirió que puede permanecer el sistema multiprotocolo, pero estableciendo los estándares de seguridad.
En las instalaciones de recarga fuera del hogar, García Alcocer insistió en la monetización de la infraestructura.
“Se sugiere dar mayor seguridad jurídica para poder monetizar el uso de la infraestructura de carga”, afirmó.
Por último, recomendó también destinar un “presupuesto mínimo” para la red pública a nivel nacional.
En este punto indicó que en la medida en que vaya creciendo la energía renovable en el país, se deberán reforzar las redes de distribución en el país.
En el webinar, García Alcocer estimó que el avance de la Transición Energética en México será lento, por lo que todavía habrá dependencia de los combustibles fósiles para los automóviles.
“La Transición Energética va a ser más lenta de lo previsto. Hay que acompañar el proceso teniendo un pie en el desarrollo de los autos eléctrico, pero manteniendo el otro pie en los autos a gasolina”, afirmó.
Al respecto, expuso que la descarbonización se llevará a cabo con la conjunción de tres elementos. Primeramente electrificando, pero esto debe ser mediante energía limpia y con la ayuda de la automatización. “Vamos a ver estos procesos en paralelo”, afirmó.
Actualmente, los automóviles eléctricos representan apenas 1 por ciento del total del parque vehicular del país, estimado en unos 45 millones de unidades.
Calculó que anualmente en el país deberán instalarse unas 2 mil electrolineras para alcanzar unas 38 mil para el año 2041.
“Si tomamos en cuenta que tenemos 13 mil gasolinerías, unas 2 mil cada año deberían tener presencia para que el modelo sea viable”, consideró.