El presupuesto 2023 está a un paso de ser aprobado, pues la Cámara de Diputados ya dio luz verde, sin moverle ni una coma al gasto programado para el siguiente año, aunque todavía falta la aprobación en el Senado de la República.
Dentro de la propuesta de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público destaca el Anexo 15, dedicado a la Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles más Limpios.
El presupuesto total incluye casi 8.3 billones de pesos para el año entrante, pero el Anexo 15 apenas incluye 10 mil 288 millones de pesos, de los cuáles prácticamente 93 por ciento se destinan a la Comisión Federal de Electricidad, sin que se especifiquen los rubros a los que se entregará este gasto.
En este sentido, analistas de Organizaciones No Gubernamentales advierten que el reparto del presupuesto apunta a que la transición energética y el combate al cambio climático “no es una prioridad para este gobierno”.
Por una parte, Oscar Ocampo, coordinador de Energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), mencionó que la mayor parte de este Anexo se destinará a la compra de gas natural, que si bien es importante para el sector energético nacional no es la principal ruta para combatir el cambio climático.
“Una cosa que me llamó la atención en materia de cambio climático es que integran el gas natural. Me parece perfecto e indispensable el gas natural en este país, pero de ahí a decir que ese es el combate al cambio climático, es un salto cuántico”, comentó el especialista del Imco.
Además, el especialista advierte que no existen combustibles limpios.
“Al final del día no hay combustibles limpios, hay combustibles con menos emisiones o menos huella de carbono, lo único limpio son las energías renovables. Que hayan incluido el tema del gas natural en el tema del cambio climático habla mucho de la poca seriedad con la que está hecho ese rubro”.
En el Cuarto Informe de Gobierno, la administración federal presumió de un incremento en la producción de combustibles limpios, de 25 por ciento anual, donde integró a la gasolina, el diésel y la turbosina, lo que apunta a las prioridades del Estado, que son la producción de combustibles y el sector petrolero.
“Por ejemplo, en junio, cuando en el Foro de Cambio Climático, el decálogo que presentó el presidente López Obrador, donde habla de Deer Park, la autosuficiencia energética, la producción de petrolíferos, eso es parte de su visión y el combate al cambio climático y el medio ambiente, claramente queda relegado a un segundo lugar, en el mejor de los casos. No es que no quieran entender, sino que es el cinismo de que no está arriba en el orden de prioridades”, dijo Ocampo.
En este mismo sentido, Adriana García, coordinadora de Análisis Económico en México, ¿cómo vamos?, coincidió en que la transición energética no es la prioridad del gobierno y que su política energética apunta más al siglo pasado.
“Para ponerlo en perspectiva, el anexo 15, que tiene 10 mil millones de pesos, la refinería de Dos Bocas para 2023 tiene una propuesta de asignación presupuestal 4.5 veces esta cantidad. Ahí nos podemos dar cuenta que la prioridad no es la transición hacia energías y combustibles limpios. La prioridad es tener una refinería funcionando como en el siglo pasado”, comentó.
¿Y las energías limpias?
El Anexo 15 no integra presupuesto específico para energías limpias, e incluso si se consideran los grandes proyectos de la Comisión Federal de Electricidad en la materia y que no están incluidos en este apartado, estos resultan insuficientes, según los especialistas.
El coordinador de Energía del Imco aseguró que la rehabilitación de hidroeléctricas, así como la construcción del parque fotovoltaico en Puerto Peñasco, Sonora, no son representativos para incrementar la capacidad instalada de renovables en el país.
“La rehabilitación de hidroeléctricas no rebasa los 500 megawatts (MW), no va a cambiar significativamente la capacidad instalada del país. Para poner el contexto, las subastas de largo plazo, en tres años se comprometieron inversiones equivalentes a siete mil MW. Puerto Peñasco, que en 2028 va a estar operando a máxima capacidad, según el propio gobierno, estás hablando de mil MW, al incluir la repotenciación serían mil 300 o mil 400 MW, pero realmente no es nada”, mencionó Ocampo.
Adriana García advierte que otro factor que juega en contra de la transición energética es que el gobierno federal propuso darle prioridad en el orden de despacho en la generación de energía eléctrica a termoeléctricas y dejar casi hasta el final a la eólica y a las energías fotovoltaicas.
“Lo que el gobierno puede clasificar para el combate al cambio climático o un combustible limpio, esos estándares no son internacionales. Entonces cómo podemos decir que la mitad del presupuesto es para el combate del cambio climático, cuando estamos viendo la implementación de una estrategia que recae en combustibles fósiles”, advierte.
¿A dónde más se va el presupuesto el Anexo 15?
Los 726 millones de pesos restantes de este Anexo transversal se repartirán entre Petróleos Mexicanos, así como las secretarías de Salud, Gobernación, Medio Ambiente y Recursos Naturales; y Energía.
Del total, la Secretaría de Energía, a cargo de Rocío Nahle, concentrará 356 millones de pesos. De ellos, la secretaría se quedará con 276 millones, mientras que entregará 82.5 millones de pesos a la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee), así como 400 mil pesos para el Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL).
Mientras tanto, Pemex tendrá 359 millones de pesos del Anexo 15, que se repartirán entre Pemex Transformación Industrial (314 mdp), así como Pemex Exploración y Producción, que tendrá 45 millones de pesos.
Estas dos dependencias concentran 715, de los 726 millones de pesos restantes.