Durante el año entrante, Petróleos Mexicanos tendrá 15 mil 212 millones de pesos para invertir principalmente en dos proyectos de fracking, lo que va en contra de la promesa del presidente Andrés Manuel López Obdrador, quien aseguró desde el arranque de su sexenio que no iba a permitir este tipo de explotación petrolera.
Este presupuesto representa un incremento de 231 por ciento en relación con lo autorizado en 2020 para la fractura hidráulica.
En su discurso de investidura, el 1 de diciembre de 2018, el presidente de México aseguró que prohibiría el uso del fracking.
“No usaremos métodos de extracción de materias primas que afecten la naturaleza y agoten las vertientes de agua como fracking”, señala el compromiso 75 del mandatario mexicano y en julio de 2019, López Obrador aseguró que ese compromiso ya estaba cumplido.
Incluso, durante su mensaje de Tres Años de Gobierno, del pasado 1 de diciembre, el mandatario dijo: “Es oportuno recordar que mientras estemos en el gobierno no se permitirá el ingreso de maíz transgénico, no se usará fracking para la extracción de crudo, no se otorgarán nuevas concesiones mineras, no se sobreexplotarán los mantos acuíferos, no se permitirá la tala de selvas y bosques, no se autorizará la instalación de basureros de desechos tóxico o peligrosos, no se permitirá operar a ninguna empresa que no tenga planta de tratamiento de aguas negras, no se permitirán violaciones a la norma de calidad del aire ni cualquier actividad que dañe la salud, destruya el territorio o afecte el medio ambiente”.
Pese a estas declaraciones, entre 2019 y 2021 se han invertido en total 22 mil 35 millones de pesos en este tipo de campos, de acuerdo con los datos de los distintos presupuestos anuales elaborados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
A este monto, habrá que añadirle 15 mil 212 millones de pesos programados para 2022.
De acuerdo con el presupuesto para el año entrante, este gasto se repartirá principalmente en dos proyectos petroleros.
El primero de ellos es Proyecto Aceite y Gas en Lutitas, que abarca las zonas de Sabinas, en Coahuila; Burro-Picachos, en Nuevo León; Burgos y Tampico-Misantla, en Tamaulipas, así como Veracruz y Chihuahua.
Este proyecto, según el presupuesto, tiene recursos estimados por 11 mil 657 millones de pesos para 2022.
El otro complejo de fracking es Aceite Terciario del Golfo, que tendrá un presupuesto de tres mil 55 millones de pesos para el año entrante.
Este activo incluye 29 campos que producen petróleo y gas y está dividido en los sectores Soledad-Coyotes, Aguafria Coapechaca, Tajin-Corralillo, Presidente Aleman-Furbero, Sitio-Tenexcuila, Amatitlán-Agua Nacida, Coyol Humapa y Miquetla-Miahuapan, dentro de los estados de Veracruz y Puebla.
Sin embargo, de acuerdo con Rosanety Barrios, analista independiente del sector energético, y consejera fundadora de Voz Experta, desde hace décadas, la inversión para la fractura hidráulica es mínima.
De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022, el año entrante Pemex tendrá asignados 636 mil 281 millones de pesos, de los cuáles, apenas 2.3 por ciento se destinará al fracking.
Además, señala que Pemex utiliza la perforación a través de la fractura de rocas desde hace décadas, pero lo hace en el desarrollo de campos tradicionales y no en los de lutitas.
El fracking no se limita a los campos no convencionales, pues incluye la recuperación de petróleo en campos maduros.
“No sabemos a qué le llama fracking el presidente. Y te puedo asegurar que nadie se ha tomado la molestia de explicarle (…) Al presidente le gusta ser muy enfático en sus declaraciones. Yo creo que se refiere a los no convencionales”, aclaró Rosanety Barrios en entrevista con Energía a Debate.
Barrios Beltrán precisa que en México existen reservas de lutitas importantes en la zona norte de Coahuila, aunque “están durmiendo el sueño de los justos”, pues el país detuvo las licitaciones para la explotación de estos campos y, hasta donde se conoce, Pemex no está trabajando en este apartado.
Por separado, Miriam Grunstein, fundadora de la consultora Brilliant Energy, la producción de lutitas en México es mínima y no es rentable, debido a la competencia que existe en Estados Unidos, especialmente en el área de Texas, donde se concentran las mayores reservas de lutitas en la economía más grande del mundo.
Además, coincidió en las diferencias entre la explotación de campos de lutitas y la fracturación hidráulica para los campos convencionales.
El ejemplo más claro, dice la analista, es Chicontepec, que se explota a través de la fractura hidráulica, pero no es un campo de lutitas.
La especialista añade que es muy complicado avanzar en la explotación de depósitos de lutitas, pues Pemex carece de las vías de comunicación para llegar a las zonas donde están los depósitos de lutitas, así como de la infraestructura para exportar el aceite o el gas.
“Son obras de infraestructura que se necesitan en una escala gigante. ¿Dónde están esas obras? El acompañamiento para estas actividades, de obras de infraestructura tiene que ser funcional”, comentó Grunstein.
EXPLOTACIÓN
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), en la cuenca de Burgos se producen en promedio 514.6 millones de pies cúbicos diarios (MMPCD) de gas, durante 2021.
A esto se suman cinco millones de pies cúbicos diarios de gas en la cuenca de Sabinas, así como 110.9 (MMPCD) en el área de Tampico-Misantla, donde también se extraen 57 mil 200 barriles diarios de petróleo.
Mientras tanto, en Veracruz, se obtienen 321.9 MMPCD de gas, al tiempo que salen 15.6 mil barriles diarios de crudo.
OPOSICIÓN AL FRACKING
De acuerdo con la ONG Fundar, la fractura hidráulica es una técnica de exploración y extracción de petróleo y gas natural.
La técnica consiste en inyectar grandes volúmenes de agua en la tierra a presión muy alta para fracturar la roca y liberar gas o petróleo “atrapado” en las rocas.
“El agua inyectada se mezcla con arena y diferentes químicos tóxicos como metales pesados y elementos radioactivos que pueden filtrarse y contaminar el subsuelo y los acuíferos de agua subterránea”, asegura la organización.
Entre los impactos del fracking, añade Fundar, está la reducción en la disponibilidad del agua, debido a las cantidades que utiliza, así como la posible contaminación en las reservas del líquido en el subsuelo, el deterioro ambiental y algunas afectaciones a la salud.
“En Texas, el estado de mayor tradición petrolera en los Estados Unidos, actualmente se ha detenido la entrega de nuevos permisos para fracking tras años de utilizar ampliamente esta técnica dañina”, detalla.
En sentido contrario, una fuente del sector hidrocarburos que pidió el anonimato, dijo que México es conocido por tener una de las actividades más sobrerreguladas en la industria mundial, incluso hay cosas que no existen en el resto del mundo.
En el país, para reinyectar el agua para el fracturamiento, el líquido tiene que pasar por una planta para eliminar los posibles contaminantes.