Las entidades federativas y los municipios del país deben incrementar su participación en el impulso a la transición energética, señala México Evalúa en su estudio De lo local a lo global: claves para medir la transición energética subnacional, parte de la colección de estudios El Sextante, dedicados a trazar una ruta de análisis sobre el sector energético en el país.
En entrevista, Ana Lilia Moreno, coordinadora del Programa de Competencia y Regulación, de México Evalúa, mencionó que a veces se presupone que la transición energética debe de venir de la administración federal, sobre todo en un país como México que tiene una política energética dirigida desde el enfoque de la rectoría del Estado.
“Nuestra aproximación a lo local despertó a partir de la inquietud de conocer qué están haciendo los estados actualmente, sobre todo en esta asimetría que hay entre el orden federal que es tan grande, con un ecosistema energético que tiene a la Secretaría de Energía, los reguladores y las empresas productivas del Estado”, mencionó.
La hipótesis que plantean es conocer la capacidad que tienen las entidades federativas para contribuir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y las oportunidades que puede generar a nivel local en materia de empleo y capacitación para la transición energética.
De acuerdo con Ana Lilia Moreno la visión local de la transición energética es un proceso en ciernes, donde destacan los análisis realizados por el Foro Económico Mundial.
China, un caso de éxito
Un caso de estudio a nivel mundial es China, que cuenta con la rectoría del Estado en materia energética, lo que otorga un parecido en el entramado institucional con el que tiene México, dijo Ana Lilia Moreno.
“En el estudio publicado en enero de este año, nos dimos cuenta que algunas ciudades chinas cuentan con políticas de transición energética muy importantes e incluso algunas ya alcanzaron la proveeduría de energía 100 por ciento limpia, aprovechando los recursos disponibles”, mencionó.
De acuerdo con el documento, China está decidida a reducir el uso del carbón y expandir las energías renovables. Su estrategia de transición energética se basa en aumentar las importaciones de gas natural y fomentar la inversión en energías limpias.
A nivel local, en China destacan los casos de los distritos Chongli, en Zhangjiakou, y Tongli, en Suzhou. De acuerdo con un análisis de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés), Zhangjiakou ha fomentado el desarrollo de proyectos eólicos al punto de alcanzar en 2022 la meta de convertirse en una ciudad 100 por ciento renovable.
“IRENA documentó casos de éxito, de los que se extraen lecciones valiosas para otras ciudades, entre ellas, la importancia de adoptar esquema colaborativos en todos los niveles de gobierno, de emprender proyectos de modernización de la infraestructura eléctrica y de electrificación en general para resolver temas sociales urgentes, como la pobreza energética”, señala el estudio.
“Otra lección aprendida es el aprovechamiento del impulso de eventos como los Juegos Olímpicos para dar más visibilidad a los procesos de transición energética entre la población, y a la vez atraer apoyo financiero para las estrategias locales”, añadió.
Por otra parte, un estudio realizado por Shen, Shi, Zhao et al. (2023) utilizó el Índice del Foro Económico Mundial para examinar la transición energética en 282 ciudades chinas durante una década.
En el análisis, evaluaron el desempeño del sistema energético y la forma en que se han preparado estas ciudades para la transición e identificó una heterogeneidad marcada entre las ciudades, con disparidades regionales evidentes. La mayoría de las ciudades mejoraron su puntaje en el índice compuesto durante el periodo de estudio, pero algunas ciudades mostraron disminuciones, debido a su alta dependencia al carbón.
“Los investigadores clasificaron las ciudades en cinco grupos según su estructura industrial y desempeño económico, y encontraron que las ciudades con alta tecnología tenían los puntajes más elevados en el Índice de Transición Energética, mientras que las ciudades productoras de energía tenían los puntajes más bajos”, señaló.
Los diagnósticos de transición energética subnacional, abunda el documento, son esenciales para planificar y aplicar estrategias sostenibles. Modelos como IRENA y el del Foro Económico Mundial ayudan a identificar desafíos y oportunidades, a integrar datos para diseñar políticas efectivas, movilizar recursos y medir el progreso.
“Estos esquemas fortalecen la participación y colaboración de gobiernos, empresas y comunidades para lograr la transición energética. Conocer estas metodologías y sus aplicaciones en economías como la de China puede convencernos de replicar el modelo en México, y de adaptarlo a nuestros contextos y necesidades (tomando en cuenta, por ejemplo, que la economía mexicana es abierta, de propiedad mixta, esto es, con agentes económicos públicos y privados)”, concluye.