El gobierno de la Cuarta Transformación aprobó la reforma a la Ley Minera que entre otras cosas establece la creación de una empresa estatal que se dedicará de forma exclusiva a la explotación del litio, cerrándole la puerta a la iniciativa privada.
Las experiencias internacionales, que ya han presentado otros países latinoamericanos, como Bolivia, a través de la empresa Yacimientos Bolivianos de Litio (YBL) resultaron en un fracaso, comentó en entrevista con Energía a Debate Álvaro Ríos Roca, consultor internacional en temas energéticos.
En un breve recuento histórico de la industria del litio en Bolivia, el también exministro de Hidrocarburos y Energía de ese país, previo a la era de Evo Morales, recordó que la industria de este mineral inició en el ya lejano 1993, cuando el gobierno del expresidente boliviano Jaime Paz Zamora, firmó un contrato con FMC Corporation (LITHCO), mismo que fue disuelto, después de que el gobierno aumentó la tasa del IVA de 10 a 13 por ciento, de acuerdo con la página oficial de YBL.
Después de ese momento, la industria quedó sin contratos ni explotación, hasta enero de 2013, cuando se construyó la primera Planta Piloto de Carbonato de Litio, ubicada al sur del Salar de Uyuni, en el Departamento de Potosí, donde se ubica el yacimiento boliviano más grande de litio, pero fue hasta 2016, cuando Bolivia empezó a exportar el litio a China.
El desierto de sal Uyuni es el más grande del mundo y cuenta con las reservas más importantes de litio.
“La tecnología que tiene no es de punta y exporta pequeñas cantidades, pero la empresa diríamos, es mantenida con las arcas del Estado, no es una empresa rentable y sostenible”, mencionó.
De acuerdo con datos de la propia YBL, en 2016 entregó un primer contrato para la exportación de 9.3 toneladas de carbonato de litio con grado industrial con la empresa china China Machinery Engineering Corporation. Para junio de ese año, un segundo contrato estableció la exportación de 15 toneladas del mineral.
Sin embargo, la misma YBL detalla que la Planta Industrial de sales de Potasio tiene una capacidad anual de 350 mil toneladas de carbonato de litio.
Otro cambio de paradigma
Con la salida de Evo Morales del gobierno boliviano, el Estado retomó las licitaciones, recuerda Ríos Roca.
“El Estado Boliviano ha concursado hace ocho o nueve meses atrás a 10 empresas internacionales para que presenten sus proyectos de tecnología para la extracción del litio boliviano. En ese proceso hay empresas norteamericanas, europeas y chinas, para que algunas de ellas desarrollen proyectos de litio en Bolivia, pero ya no asociadas a la empresa estatal”.
Sin embargo, existe un problema que puede detener estos procesos de licitación. “No han conciliado con el Departamento de Potosí el sistema de pago de regalías. Todavía queda un marco jurídico por resolver para que estas empresas que han presentado tecnologías y estudios de cuánto litio pueden extraer y en cuánto tiempo”, dice el especialista.
Ríos Roca pone el dedo en el renglón y sentencia: “Lo que ha detenido el avance de la industria del litio, sobre todo, es el nacionalismo boliviano”.
En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una ideología similar.
El exministro de Hidrocarburos y Minería boliviano refiere que la ideología nacionalista evita que las autoridades bolivianas se pongan de acuerdo en un marco jurídico para permitir “a dos o tres empresas de calidad” que desarrollen una porción del litio boliviano y que llegue al mercado.
“El tema principal pasa porque no nos podemos poner de acuerdo en Bolivia, y creamos una empresa estatal que, por supuesto, no sirve para nada, porque todas las empresas que se han creado en la etapa de Don Evo Morales, de las 82 empresas, todas pierden plata, pocas son productivas, creo que una línea aérea porque tiene el monopolio, y dentro de estas que pierden plata y que no han podido salir adelante está YBL, que sigue trabajando y el Estado tiene que socorrerla cuando no tiene recursos”, refiere.
Espejo boliviano
Si bien el exfuncionario boliviano reconoce que está bien que el Estado asuma la propiedad de sus recursos naturales, considera al mismo tiempo que es necesario dejar que el sector privado participe en la explotación del litio, a través de licitaciones con competencia económica y un marco regulatorio fuerte, pero advierte que el país se “equivocaría tremendamente” creando una empresa nacional que se dedique de forma exclusiva a desarrollar la industria del litio.
“Y ojalá puedan concesionar esto al sector privado y sean empresas privadas, con tecnología con eficiencia, con ganas de conquistar mercado, las que desarrollen el litio mexicano, que es lo que no acontece en el modelo boliviano, por eso es que no hemos avanzado nada y básicamente estamos en una etapa muy infante en el desarrollo del litio en Bolivia”, apuntala.
“Entonces el modelo fracasado no lo tiene México, México tiene dos empresas estratégicas y no conozco más que el gobierno mexicano se meta al aparato productivo”.
Apenas el pasado 28 de marzo, el presidente de México dijo que el gobierno de Bolivia estaba asesorando a su administración para desarrollar la industria del litio.