México requiere un impulso en inversión y regulación para incrementar la capacidad instalada de energías renovables y regresar al camino que le permita al país alcanzar sus objetivos en materia de transición energética, señaló México Evalúa.
En el estudio “Los tres grandes retos en generación eléctrica”, el organismo señaló que si bien la capacidad instalada de energía solar y eólica han tenido un crecimiento exponencial entre 2010 y 2022, estas dos fuentes apenas representan más de 10 por ciento del total de la capacidad de generación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
“Con todo y el crecimiento en la capacidad instalada solar y eólica, 79.3% de la matriz energética de México continúa dependiendo (a septiembre de 2023) de fuentes fósiles de energía”, detalla el estudio.
Además, precisó que la medición del impacto ambiental de la generación eléctrica, mediante la medición de la intensidad del factor de emisiones de gases de efecto invernadero del SEN, es útil para estimar el impacto en la atmósfera del sistema.
Para el periodo 2015-2022, dicho factor pasó de 0.454 a 0.435 toneladas de CO2e por MWh en el SEN, lo que implica que el país sí registra una reducción efectiva del 4.2% para ese periodo, pero insuficiente para las metas que se deben alcanzar.
Un segundo factor que puede frenar la transición energética en el país es la regulación.
México Evalúa advierte que México todavía está en una turbulencia regulatoria en el sector energético, que ha frenado la penetración de energías limpias en la matriz energética; lo que consideró una contradicción entre un mercado que comenzaba a abrirse en 2014 y varias modificaciones administrativas que han ido bloqueando la competencia en el sector, al punto de contradecir tratados internacionales como el TMEC.
Entre las consecuencias, México Evalúa señaló la judicialización del sector eléctrico.
Posteriormente, ambos tipos de amparo tuvieron una caída en 2022 y 2023. No obstante, el grueso de los casos se mantiene en espera de resolución de los tribunales.
Uno de los obstáculos en regulación más notorios está relacionado con los permisos y la actividad regulatoria de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
La organización recordó que el desarrollo de proyectos de generación de energía limpia mayores a 500 kW requiere el otorgamiento de un permiso por parte de la CRE. Sin embargo, la ejecución de esta responsabilidad por parte de la Comisión cayó drásticamente.
En 2021, la entidad otorgó 82% menos permisos que en 2018 (aunque los números empiezan a subir en 2022 y se espera que sigan en ascenso). Y es que entre 2012 y 2019 la autoridad otorgó 80 permisos para centrales eólicas y 171 permisos para centrales fotovoltaicas, y detonó parte importante del crecimiento de la capacidad instalada del país. El número bajó a seis y 18 respectivamente entre 2020 y 2023.
México se comprometió ante la comunidad internacional a que 35% de la generación eléctrica nacional provenga de fuentes de energías limpias, y para alcanzar esa meta se necesita prácticamente duplicar las inversiones que se realizaron en energía solar y eólica entre 2012 y 2022, las cuales representan aproximadamente ocho mil millones de dólares, según datos de la CRE, y que permitieron incrementar 10% las energías renovables.
Además, el año pasado, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público publicó la Taxonomía Sostenible de México, que sirve como un sistema de clasificación que permite identificar y definir actividades, activos o proyectos de inversión con impactos medioambientales y sociales positivos, con base en metas y criterios establecidos.
Dentro de las actividades económicas consideradas en la taxonomía se encuentran la generación de electricidad a partir de energía solar mediante sistemas fotovoltaicos y concentradores solares, así como la generación de electricidad a partir de energía eólica.
“Contar con una taxonomía como ésta es un paso en el camino correcto para la descarbonización y la promoción de energías limpias, ya que ayuda a determinar cuáles son las inversiones que pueden considerarse sostenibles y cuáles incluyen la generación con fuentes limpias, incluyendo solar y eólica”, dijo México Evalúa.
Sin embargo, es necesario activar más mecanismos para atraer las inversiones, como las subastas de mediano y largo plazo.
Durante el periodo de 2015 a 2018 se observaron resultados exitosos en las subastas de largo plazo, ya que generaron 73 proyectos que sumaron una capacidad al sistema de 7,563 MW a un costo medio de 33,89 dólares/MWh. Asimismo, un impulso a las subastas de mediano plazo podría generar mayores eficiencias en el SEM y resolver anomalías que persisten de tiempos pasados, como la coexistencia del nuevo régimen energético constituido en 2013 y el anterior, en el que se destacan los famosos los contratos legados de autoabastecimiento, conocidos popularmente como los autoabastos.
Por el bienestar de los mexicanos y de todos los habitantes del planeta, se debe priorizar la lucha contra el cambio climático. El llamado a la acción es ahora más urgente que nunca.