Hoy por la tarde, alrededor de 70 trabajadores de la Refinería de Dos Bocas fueron atendidos por intoxicación por comida, de acuerdo con reportes de instituciones de salud locales, así como de redes sociales.
Por la tarde, los trabajadores de la empresa J.D Díaz Semsa fueron recibidos en al menos dos hospitales diferentes de la zona con vómito, deshidratación y diarrea.
Energía a Debate consultó a Pemex sobre el tema, sin que, hasta la publicación de esta nota hubiera una respuesta.
Los reportes de las redes sociales señalan que los empleados fueron trasladados a la Clínica Privada San Marcos, así como a la Clínica del IMSS Paraíso.
De acuerdo con Bernardo del Castillo, especialista en gestión, desarrollo de proyectos de infraestructura, tecnología, resiliencia, compliance y transición energética, los campamentos y comedores industriales son susceptibles de atravesar por intoxicación masiva por comida.
Del Castillo asegura que las causas más comunes para estos fenómenos es que la comida se mantiene mucho tiempo almacenada porque se compra en grandes cantidades para reducir los costos.
Además, las cámaras de refrigeración no se limpian y la comida se mantiene dentro por mucho tiempo, o bien hay un mal manejo de la cadena de frío, lo que implica sacar la comida, usar solo una parte y volver a enfriar el resto.
Los utensilios también son posibles causas de intoxicación, por ejemplo, dice, las tablas de picar se usan para varios tipos de comida sin limpiarse, así como los cuchillos. A esto se puede sumar una falta de control de plagas que resulte efectiva.
Por otra parte, el personal no se lava las manos con la frecuencia suficiente, lo que genera contaminación cruzada.
Otra fuente de contaminación puede provenir de la ausencia de análisis bacteriológicos a la comida, al tiempo que no se controla el origen de la comida, por lo que puede haber fruta regada con agua residual.
Las cisternas y la calidad del agua con la que se preparan los alimentos también pueden ser fuentes de contaminación, a lo que se suma que los platos, cubiertos o vasos no se lavan bien, añade Bernardo del Castillo.
El especialista añade que la responsabilidad del control de calidad de la comida es el contratista, pero Petróleos Mexicanos tiene que exigir que sus contratistas cumplan con las políticas de bienestar del proyecto.
La seguridad alimentaria de los proyectos industriales se puede gestionar a través de la norma ISO 22000, que debe formar parte de las políticas de seguridad, salud y bienestar del proyecto.
Bernardo del Castillo señala que estas políticas debieron ser establecidas por Pemex y comunicadas a sus contratistas como requisitos contractuales.