La empresa pública que se encargaría de explorar, extraer y aprovechar el litio estaría más cercana al caso de la ex compañía Uranio de México (Uramex) que de Pemex o la CFE, consideró César Hernández Ochoa, socio fundador de Publius.
“Es una experiencia triste”, dijo en referencia de Uramex. “Nunca pasó de ser una empresa pública encargada de un recurso que no se volvió importante para México ni para la estrategia nacional”, recordó.
Durante la tertulia: “Litio y empresa pública. Aprender de las experiencias”, organizado por Inteli-Iuris, el representante de la firma consultora expuso que en México hemos tenido diferentes resultados con respecto a las empresas públicas.
“Están las exitosas, como Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y Exportadora de Sal”, refirió, esta última con participación de empresas privadas, como Mitsubishi, entre otras. “En México tenemos ejemplos que van en toda la gama de las experiencias”, agregó.
De ellas, en su opinión, la más exitosa ha sido la CFE, mientras que Pemex ya ha conocido otros años “de gloria”.
En todo caso, advirtió, estamos más cerca de Uramex, o de Pemex y CFE pero requerirá de décadas para madurar, como estas dos últimas empresas.
En abril pasado, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, promovió reformas a la Ley Minera con la finalidad de declarar el litio como un mineral estratégico y, por tanto, las actividades de exploración, extracción y aprovechamiento relacionadas con este recurso quedan reservadas al Estado, a través de un organismo público descentralizado que se creará para ese efecto.
Al respecto, Hernández Ochoa previó que con las modificaciones a la Ley Minera no solo se verán afectadas las empresas mineras propiamente dichas, sino aquellas que se encuentren en las demás etapas de aprovechamiento del recurso.
“Si la cadena de valor, entendiendo que es el procesamiento, fabricación y venta de pilas, desde los celulares hasta los autos eléctricos, se declara área estratégica y, por tanto, área exclusiva del Estado, eso ya es otro terreno”, expresó. “Entonces los afectados no solamente serían los que tienen la concesión minera, sino aquellos que probablemente estén llevando a cabo esas actividades”.
Asimismo, estimó que tamaño de la responsabilidad es muy grande para una empresa, considerando el presupuesto disponible, de forma que calificó la propuesta como ambiciosa.
En la tertulia, moderada por José Hernández Xopa, profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), también se previó que las reformas a la Ley podrían impactar negativamente en todas las concesiones mineras que se han otorgado en México, toda vez que ninguna de ellas, para obtener el permiso, especificó acerca de un mineral en particular.
Hernández Ochoa apuntó que potencialmente, en algunas de las miles de concesiones mineras que se han otorgado puede haber este mineral, pero su permiso abarca todo lo que haya en el subsuelo que no sean hidrocarburos ni minerales radioactivos.
“La reforma da una solución a las que ya han reportado (litio), que ya tienen, pero no era una cuestión jurídicamente determinada en el título de concesión”, aseguró.
“Entonces, la aplicación retroactiva, en la medida en que limita los derechos de las concesiones otorgadas, que son muchas, es potencialmente muy amplia”, estimó.
Regiones distintas, modelos diferentes
En la tertulia, César Hernández hizo una exposición de las principales regiones en el mundo en donde existe el litio, que son el llamado Triángulo de Litio, compuesto por Argentina, Bolivia y Chile; China en sí misma, y Norteamérica, considerando Canadá, Estados Unidos y México.
En las tres regiones existe mayor o menor disponibilidad del recurso, pero cada una tiene diferentes modelos y concepciones al respecto.
El Triángulo, según estimó, posee los mayores recursos a nivel mundial, pero en general los tres países tienen una visión nacionalista sobre su posesión, destacando Bolivia.
“El país que fue más lejos fue Bolivia, hizo una reforma nacionalizando el litio, después ha relajado el modelo para poder permitir coinversión con la iniciativa privada y crear nudos mixtos”, dijo el especialista.
Chile y Argentina, por su parte, a pesar de la retórica nacionalista, han permitido la participación privada mediante la figura de las concesiones. “El modelo industria que han adoptado no ha sido bajo el control total del Estado, a pesar de la retórica nacionalista”, anotó.
Respecto a China, Hernández Ochoa subrayó que la explotación del litio se lleva a cabo mediante empresas estatales que dominan 72% de toda la cadena de valor, desde la extracción hasta la fabricación de baterías y autos eléctricos, produciendo solo el año pasado 1 millón de unidades.
Además, dijo, esas empresas públicas tienen a su vez concesiones mineras en otras partes del mundo. Por estas razones consideró como un Electro Estado al del país asiático. “China es el rey de la cadena de valor con sus empresas públicas”, calificó.
Y sobre la región de Norteamérica, destacó Estados Unidos el cual también tiene todos los eslabones de la cadena de valor del litio, en muy menor porcentaje que el de China, abarcando desde la minería hasta los automóviles eléctricos.
“México y Canadá están en la lógica regional norteamericana. No se puede negar la importancia de México en el mundo de autopartes, somos el cuarto exportador mundial por encima de Alemania”, añadió.
Sin embargo, no dejó de lado el aspecto jurídico. Hernández Ochoa también aclaró que, mientras que en Chile la participación privada ha permitido el desarrollo de la industria, en México aun cuando tiene gran potencial se verá frenado por la incertidumbre jurídica.