Un incendio normalmente es una desgracia por las consecuencias que trae, a veces fatales, pero en el caso del Ing. Iván Ordaz Aréchiga las cosas fueron todo lo contrario, pues un incidente que se presentó el sábado 4 de diciembre, que dañó la subestación y diversas instalaciones eléctricas del Complejo Petroquímico de La Cangrejera, le dejó como saldo un contrato por casi 50 millones de pesos.
Lo mejor de todo es que la asignación de dicho contrato se dio sin el molesto y engorroso proceso de una licitación pública, así que el aviso de que había sido el feliz ganador para realizar las obras de rehabilitación del sistema eléctrico en el centro petroquímico le llegó al Ing. Ordaz justo diez días después del incidente, mediante el oficio con número DGTRI-SPPS-GAP-1681-2021, firmado por Jesús Reyes Escamirosa, nada menos que el suplente por ausencia del Titular de la Gerencia de Administración de la Producción de La Cangrejera.
¿Y quién es el Ing. Iván Ordaz? Es el director general de la empresa OB Ingeniería y Servicios, SA de CV que –nos cuentan– en realidad no tiene mucha experiencia en eso de las instalaciones eléctricas, pero su valor reside en que es sobrino de don Óscar Fosado Monzalvo, dueño de la empresa constructora Fosmon Construcciones, una de las más poderosas en el estado de Veracruz y zonas circundantes.
La adjudicación directa de los trabajos de rehabilitación a OB Ingeniería y Servicios no tiene muy contentos a los empresarios de Veracruz, ya que aseguran que ni por el monto del contrato, ni por la urgencia, ameritaba descartar la licitación pública. Sobre todo porque, aun cuando el Centro Petroquímico está operando apenas con 30% de su capacidad eléctrica, las áreas más críticas están siendo alimentadas con energía a partir de generadores portátiles.
Entre las calderas y tuberías de La Cangrejera se oyen las quejas de que el sistema eléctrico está muy dañado por falta de mantenimiento e inversiones, algo ya muy común en tiempos de la austeridad republicana.
Con el apagón no sucedió nada
Está semana se cumple un año del apagón del día de los inocentes el año pasado. Y la CFE, muy acorde con el día, presentó un documento falso en el que justificó, supuestamente a través de Protección Civil de Tamaulipas, que el apagón fue causado por el incendio y las energías renovables.
Esa misma noche, el gobierno de Tamaulipas desmintió la autenticidad del escrito, con lo que dejaron en claro que nos quisieron ver la cara de… inocentes.
Ya hasta en CFE hasta contrataron a un experto para que dijera qué pasó, entregó su dictamen y luego lo hicieron director del CENACE, acusaron a una empresa de participar en el apagón, sin comprobarlo, pero hasta hoy, nadie en la CFE ha sido señalado o juzgado por elaborar o presentar un documento falso a la opinión pública.
Así que, con el apagón, no sucede nada.
El año de la transformación
El año viejo se presentó como el de los decretazos, las reformas para desaparecer al sector privado del ramo de hidrocarburos y eléctrico, eliminar a plumazos la proliferación de las energías renovables y regresarle todo el mercado a dos empresas: Pemex y CFE.
La dialéctica ha sido la base de los decretos y las reformas, y no lo decimos nosotros, lo dicen las suspensiones temporales aplicadas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la iniciativa para modificar la Ley de la Industria Eléctrica y la Ley de Hidrocarburos, aprobadas en la Reforma Energética de 2013.
Según Rocío Nahle, sólo en estos dos apartados, el máximo tribunal del país ha recibido mil 300 solicitudes de amparo, lo que mantiene en la congeladora a las dos iniciativas.
Los argumentos son los que se advirtieron desde el principio: trato discriminatorio, prácticas anticompetitivas, discrecionalidad, retroactividad de la ley en perjuicio de particulares, en fin, todo esto sin contar con las eventuales consecuencias que puedan tener las disposiciones en los acuerdos internacionales, principalmente, el T-MEC.
El 2021 está por terminar, pero muy probablemente la incertidumbre y los golpes de timón en materia energética todavía tengan bastante cuerda, por lo menos, para la primera mitad de 2022.