Transporte y Logística
Tecnología e Innovación
Sustentabilidad
Responsabilidad Social
Crisis Climática
Pobreza Energética
Revista
Infografías
El Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) 2022-2036 establece que la capacidad instalada de centrales de ciclo combinado aumentará 34.23 por ciento entre este año y 2025, siendo la fuente de generación de energía que más aumentará para ese periodo.
En el documento, la Secretaría de Energía (Sener) hace 25 menciones al gas natural, pero ninguna de ellas se centra en el transporte o almacenamiento del insumo, que representa 60 por ciento de toda la energía que se genera en el país.
“Revisamos el Prodesen 2018, que es el último año que Prodesen fue un documento medianamente serio. En ese documento resulta que sí hay una estrategia, un plan muy ambicioso que empieza la Comisión Federal de Electricidad que inicia en 2011 y acelera en 2015, de la expansión de los gasoductos. Es algo que en el Prodesen 2022 está completamente ausente”, dijo Óscar Ocampo, coordinador de Energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
En el documento, la Sener establece que para 2025 se añadirán cinco mil 672 megawatts de capacidad instalada nueva de ciclos combinados, es decir, centrales que operan con gas natural y vapor de agua.
“Está muy bien, pero la pregunta es de dónde se va a sacar el gas. No hay nada. En todo el documento, hay 25 menciones al gas natural y ninguna en algún tema estratégico. No hay nada que hable de cómo se va a abastecer la molécula ni de almacenamiento”, advierte el analista.
“Este es quizás uno de los dos principales riesgos de seguridad energética del país, junto con la transición energética”.
El gas natural es el combustible natural de la transición energética, debido a su bajo costo y que resulta mucho menos contaminante que otros combustibles fósiles como el carbón, el diésel y el combustóleo.
Los proyectos se concentran en las seis centrales de ciclo combinado nuevas que pretende desarrollar la Comisión Federal de Electricidad (CFE), de las cuáles cuatro se ubicarán en las dos penínsulas, mismas que, hasta el momento, se desconoce quién las va a construir, así como los costos, aunque la CFE se comprometió a que estarían operando antes de que concluya el sexenio.
Las centrales de ciclo combinado fueron licitadas entre noviembre de 2021 y enero de 2022, pero los concursos no han tenido una resolución.
Las seis plantas que buscó licitar la empresa liderada por Manuel Bartlett se ubicarían en Baja California Sur; Tuxpan, Veracruz; San Luis Río Colorado, Sonora; González Ortega, Baja California; Valladolid, y Mérida, en Yucatán.
De acuerdo con las estimaciones de la empresa productiva del Estado, estas plantas aportarían cuatro mil 322 megawatts al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), lo que representa aproximadamente seis por ciento de la capacidad actual del país.
Para Óscar Ocampo, no está claro que vayan a poder entrar en operación en el periodo que menciona el documento, es decir, 2025.
“Realmente se antoja muy complicado que la CFE pueda poner en marcha esos cinco mil 700 megawatts nuevos, porque ahorita son proyectos de adjudicaciones, pero estamos muy lejos de que esas centrales entren en operación”, advierte el especialista de la Organización No Gubernamental que dirige Valeria Moy.
El especialista refirió que, siendo generosos con el tiempo, cada central de ciclo combinado tarda dos años en construirse, a lo que se suma que la inversión privada está “cerrada de facto”. “Ese es el escenario que vamos a ver los próximos tres años”, dijo.
Por otra parte, el especialista reconoce que para ningún gobierno ha sido prioritario el almacenamiento de gas natural, pues no hay métricas ni objetivos de la capacidad de almacenamiento que debe alcanzar el país ni qué tipo de terminales se utilizarán para tener capacidad de reserva de este insumo.
Más combustibles fósiles
Dentro del Prodesen, la Sener establece un crecimiento en la capacidad instalada de combustión interna de mil 466 megawatts nuevos, es decir, aquellas que usan carbón, diésel y combustóleo.
“Lo más preocupante es lo bajito que aparece el crecimiento de la energía eólica y solar fotovoltaica con 11 por ciento y 25 por ciento (de crecimiento, respectivamente). Esas dos tecnologías deberían crecer más de 50 por ciento. En un país como México es absurdo que haya un crecimiento tan bajo, es un desperdicio de potencial tremendo”, advierte.
