La refinería Olmeca, que supuestamente estaría produciendo 260 mil barriles de gasolina diarios desde septiembre del año pasado, no alcanzará su pico productivo sino hasta 2026, dos años después de la última promesa que alcanzó a hacer el ex presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
En julio del año pasado, el mandatario mexicano corrigió por tercera vez la fecha del arranque productivo de la refinería ubicada en Dos Bocas, Tabasco, al señalar que para septiembre del mismo año estaría produciendo unos 260 mil barriles diarios de gasolina.
La realidad es muy distinta: la Agencia Internacional de Energía señala que Pemex sufre dificultades para impulsar la producción de downstream, pues busca sustituir las importaciones de petrolíferos con producción interna.
El organismo energético más grande del mundo señaló que la refinería Olmeca, que tiene una capacidad total de procesar 340 mil barriles diarios, se encuentra actualmente en proceso de puesta en marcha y se espera que alcance su plena operación hasta 2026.
La primera fase, que implicó el procesamiento de 170 mil barriles a finales de 2024, es apenas el primer paso y se espera que la segunda etapa comience a implementarse este año.
“Este será un hito importante, además del programa de modernización de Pemex para seis refinerías, que incluye la modernización de las unidades de Tula, Salina Cruz y Salamanca”, mencionó la agencia.
El organismo internacional añadió que el país planea invertir ocho mil millones de dólares en la autosuficiencia energética y la estabilidad de los precios de las gasolinas a los consumidores, así como del diesel y la turbosina.
“Sin embargo, si tiene éxito para finales de la década, la disminución prevista en la producción de crudo mexicano acercará al país a convertirse en un importador neto de crudo y restringirá los suministros de crudo pesado y agrio para las refinerías de la Costa del Golfo de Estados Unidos”, señaló.
Y no es para menos, debido a que la misma agencia prevé que entre 2024 y 2030 la producción de hidrocarburos líquidos de México se contraiga más 630 mil barriles diarios, y cierre la década en 1.3 millones de barriles por día.
Los cálculos del organismo apuntan a que en 2030 México tendrá que importar más de 500 mil barriles diarios para cubrir su demanda.