La Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena, por sus siglas en inglés) estimó que a nivel mundial se requiere invertir 93 mil 800 millones de dólares anuales hasta 2050 para alcanzar la neutralidad en carbono.
De acuerdo con el estudio El papel cambiante de la energía hidroeléctrica, elaborado por el organismo internacional, esta fuente ha proporcionado electricidad renovable en todo el mundo por más de un siglo, lo que también significa que una gran cantidad de centrales eléctricas son bastante antiguas, debido a su vida útil extremadamente larga.
El organismo aclara que la vida útil de las centrales hidroeléctricas ha variado sustancialmente de una planta a otra, desde menos de 10 hasta más de 100 años.
Actualmente más de la mitad de la capacidad instalada de energía hidroeléctrica del mundo tiene más de 30 años de antigüedad, mientras que una cuarta parte tiene más de 50 años.
El organismo considera que aunque algunas plantas ya han sido renovadas, está claro que las flotas envejecidas ya presentan un verdadero desafío en varios países y eventualmente podrían convertirse en un desafío para otros.
En 2019, Andritz estimó que 50 por ciento de los equipos primarios y secundarios instalados a nivel mundial tienen más de 40 años.
Este problema actualmente no afecta a todas las regiones por igual. Regiones como Europa, América del Norte y Oceanía tienen flotas considerablemente más antiguas que otras como África, Asia, Oriente Medio y América del Sur, donde se pusieron en servicio la mayoría de los activos hidroeléctricos en los últimos 30 años.
“Sin embargo, el tema del envejecimiento de la flota y las necesidades de renovación eventualmente se volverán relevantes para todas las regiones”, añade.
Por ello, la flota mundial de energía hidroeléctrica está llegando a un punto de inflexión, donde una gran parte de la capacidad instalada pronto requerirá actualizaciones, remodelaciones o posiblemente retiro.
Generación requerida
El Escenario de 1.5 °C de Irena sugiere que si el mundo quiere descarbonizarse por completo y cumplir los objetivos climáticos descritos en el Acuerdo de París para 2050, la capacidad instalada de energía hidroeléctrica debería alcanzar aproximadamente tres mil GW, incluidos 420 GW de hidroeléctricas se rembombeo (PSH por sus siglas en inglés).
Al considerar la capacidad instalada actual (1,360 GW), la cartera actual (652 GW) y los posibles retiros de plantas para 2050 (630 GW), será necesario hacer adiciones o renovaciones de capacidad por mil 545 GW.
Para poner este número en perspectiva, la capacidad promedio de los proyectos hidroeléctricos en trámite es de 160 MW, lo que significa que en las próximas décadas se necesitarán desplegar miles de nuevas centrales hidroeléctricas a nivel mundial a una tasa de 53 GW por año hasta 2050.
En este sentido, la agencia precisa que de aquí a 2050 se requiere invertir 85 mil millones de dólares anuales en energía hidroeléctrica convencional, así como ocho mil 800 millones para las plantas PSH.
“Esto es más de tres veces la inversión en energía hidroeléctrica observada en 2017 y más de cinco veces la inversión en 2018”, menciona el organismo.
Por ello, Irena urgió a que los gobiernos implementen políticas que impulsen la bancabilidad de los proyectos hidroeléctricos e incentiven la inversión en la tecnología, especialmente cuando se consideran sus largos plazos de desarrollo.
Ahorro de agua
Por separado, la empresa Ecolab, especializada en gestión y ahorro de agua, asegura que es necesario también incrementar el uso del agua para promover la sustentabilidad y reducir el impacto en el medio ambiente.
De acuerdo con la empresa, en México existen siete sistemas de generación de energía, donde el agua tiene una participación primaria.
En 2020, la suma de la energía que se envió a todas las actividades o procesos para su utilización, denominada consumo nacional de energía como función de la oferta, disminuyó 11.17 por ciento con respecto al año anterior, de acuerdo con el último Balance Nacional de Energía publicado por la Secretaría de Energía.
En 2021, Ecolab ayudó a sus clientes a ahorrar 45 billones de BTU de energía y a evitar 3.6 millones de toneladas métricas de emisiones de gases de efecto invernadero; además, ayuda a generar más de 20 por ciento de la energía mundial y a reducir la huella hídrica y energética de 40 por ciento de la producción mundial de petróleo.