La transición energética en México como en el resto del mundo es un tema urgente, pero las propuestas de política energética en el país están encaminadas a dos callejones sin salida: los hidrocarburos y las hidroeléctricas.
De acuerdo con Nora Cabrera Velasco, directora de la Asociación Civil Nuestro Futuro, basar el sistema energético del país en hidroeléctricas es un error, pues el agua es un recurso cada vez más escaso, al tiempo que la repotenciación de las plantas que existen en el país será insuficiente para proveer al sistema.
En julio del año pasado, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), anunció una inversión de mil millones de dólares para rehabilitar y modernizar 14 hidroeléctricas en el país, que añadirían hasta 240 megawatts/hora a la capacidad de generación, lo que representa cuatro por ciento de la capacidad instalada con esta tecnología.
Para la especialista, los planes de la CFE pueden generar un “círculo vicioso interminable”, porque cada vez será más complicado tener agua suficiente para echar a andar las hidroeléctricas.
En este sentido, abundó que otras fuentes renovables tienen que ser impulsadas dentro del país y tienen que ser las primeras en subirse a la red, porque son más baratas, sin importar quién las genere.
Nora Cabrera advirtió que la transición energética no está en el centro de la discusión de la iniciativa de Reforma Eléctrica.
Además, según la especialista, la Comisión Federal de Electricidad no integra proyectos de energía renovable sino hasta 2027, salvo la construcción del parque fotovoltaico de Puerto Peñasco y la planta de hidrógeno adyacente.
“Me parece que eso no es buscar un proceso o un plan de transición, porque si no estaríamos hablando del desarrollo de energías renovables a un corto plazo, 2027 estamos hablando de muchos años”, comentó.
Por otra parte, la analista consideró que el país requiere un cambio de mentalidad para alimentar el sector eléctrico que se traslade de la riqueza del petróleo a la riqueza de fuentes naturales.