Los impactos ambientales y sociales de los desarrollos de energías renovables se han disminuido considerablemente desde las reformas estructurales al sector energético que iniciaron en 2013, aseguran miembros de organismos internacionales dedicados al cuidado del ambiente en el foro México Solar Power 2021.
Durante la mesa La adopción de las energías renovables, impactos ambientales, Dolores Barrientos, representante en México del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), aseguró que antes de la Reforma Energética de 2013 se desarrollaron grandes parques eólicos en el Istmo de Tehuantepec que tuvieron problemas de impacto social, debido a que surgieron grupos de comunidades que pidieron un trato justo en estas rentas que los grandes desarrolladores de parques eólicos en el Istmo de Tehuantepec por 20 o 30 años de rentas de su terreno.
“A partir de ello, la Secretaría de Energía estructuró a su interior una dirección que cuidaba los aspectos sociales y ambientales para el desarrollo de energías renovables”, aseguró la especialista.
Detalló que actualmente antes de realizar un desarrollo renovable se tienen que cumplir con las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA), así como consultas entre las comunidades donde se desarrollará el centro de generación para tener autorización de la construcción.
En su intervención, Andrés Flores, director de Cambio Climático y Energía del World Resources Institute en México, reconoció que como cualquier otra tecnología, las energías renovables tienen impactos negativos y es obligatorio mitigarlos.
“Hay reglas muy claras en el país para consultas con comunidades alrededor de los proyectos, pero también ha habido abusos de los dos lados, tanto de las empresas como de las comunidades. Habría cosas que mejorar, pero el punto es que generen beneficios para las comunidades”, mencionó el directivo del World Resources Institute en México.
Al participar en la mesa de debate, Luli Pesqueira, Program Manager de RenMX, mencionó que la mayoría de los desarrollos renovables de gran escala están lejos de las ciudades, lo que obliga a las empresas a desarrollar infraestructura de comunicación o carreteras.
“Todas esas actividades tienen impactos y lo más importante es ver que esos desarrollos no estén en zonas de alta biodiversidad y que se desarrollen con base a todas las normativas ambientales. También es necesario ver cómo se pueden aprovechar al revés para ver cómo se pueden hacer zonas de protección ambiental, como ocurre con los parques eólicos que se pueden aprovechar las grandes zonas que abarcan”, aseguró.
Sin embargo, Dolores Barrientos consideró que ya existen elementos para actualizar la Ley General de Cambio Climático que se promulgó en 2012, como la huella de carbono que genera la industria renovable en los procesos de elaboración de paneles solares o los aerogeneradores, con estándares internacionales que se podrían integrar a la legislación mexicana.