La estrategia de Petróleos Mexicanos para la división de Transformación Industrial no alcanzó los resultados esperados en 2022, incluso con la inversión multimillonaria que ha impulsado la Cuarta Transformación para rehabilitar las seis refinerías que existen en el país.
De acuerdo con la Sesión Extraordinaria 1006, que se realizó el 21 de abril de este año en el Consejo de Administración de Pemex, la empresa no alcanzó los objetivos de refinados, producción de gasolina y diésel ni logró reducir las importaciones de los mismos productos, principalmente debido a un incremento inesperado en la demanda de combustibles, aunque también reconoce que no alcanzó sus objetivos.
Todo lo contrario, de acuerdo con la Evaluación del Consejo de Administración sobre la ejecución de los Programas Anuales de Petróleos Mexicanos por el ejercicio 2022, la meta de producción de petrolíferos en el Programa Operativo y Financiero Anual de Trabajo (POFAT) se estableció en 940 mil barriles diarios, pero el promedio al cierre del año fue de 833 mil barriles (-11.4%).
La producción de gasolina se quedó corta por 44 mil barriles diarios, pues no se alcanzaron los 315 mil presupuestados por la empresa que dirige Octavio Romero Oropeza.
Pero la situación es más grave con el diésel: el POFAT estableció la meta de producir en promedio 196 mil barriles diarios, pero Pemex produjo 25.1 por ciento menos de lo esperado.
La baja producción de diésel en el país se reflejó en las importaciones del combustible: la meta era que el año pasado ingresaran apenas 72 mil barriles diarios, pero en la realidad el promedio de importación fue de 174 mil barriles diarios, 143.3 por ciento por encima de la meta.
La historia fue similar en el caso de las gasolinas, pues la importación superó por 83 mil barriles diarios, la meta establecida en 336 mil barriles diarios.
En el documento, Pemex reconoció que no alcanzó los niveles esperados de producción, incluso cuando hubo un incremento en la refinación de 15.1 por ciento anual.