La transición de vehículos convencionales a eléctricos va a tomar más tiempo de lo que originalmente se pensaba, ya que existen retos que la industria automotriz debe enfrentar, incluida la proveeduría de materiales críticos, como el litio, expuso Marcos Pérez Oyamburu, director de Desarrollo del Producto de Ford México.
“La proyección de la demanda, que se veía como una curva exponencial que todos proyectan, ya no está siendo tan obvia, no está siendo tan exponencial”, dijo.
En su participación en el V Foro de Energía Anáhuac, Pérez Oyamburu explicó que los llamados early adopters, es decir, los consumidores que adoptaron las tecnologías desde el principio impulsaron la demanda, pero el siguiente grupo, a quienes ya les tocó dichas tecnologías como probadas, con suficiente oferta, no las han adoptado tan rápido.
En este sentido puso como ejemplo que quienes tienen un auto convencional de combustión interna tienen la certeza de que llegarán a su destino porque encontrarán carga de combustible en el trayecto, la cual además durará alrededor de cinco minutos.
Por el contrario, agregó el directivo, para la adquisición de un vehículo eléctrico hay dudas en cuanto a la disponibilidad de puntos de carga y el tiempo que ella tome.
“Es un problema complejo, no es sencillo. Y [para] esta transición, todo indica que va a tomar más tiempo de lo que originalmente se pensó”, reiteró.
Retos de la industria
En su exposición en la mesa “Innovación en la cadena de valor de la movilidad eléctrica”, Pérez Oyamburu mencionó algunos retos que enfrenta todavía la industria automotriz para el desarrollo de la industria de los autos eléctricos.
En primer lugar, expuso que por ahora el costo de las unidades sigue siendo alto.
También la disponibilidad suficiente de materia prima, principalmente litio, níquel y cobalto para la fabricación de las baterías, es un reto.
En este sentido, dijo que no hay suficientes gigafábricasen el mundo para la producción esperada de las baterías.
Agregó que no existen tampoco suficientes puntos de carga pública, por lo que consideró que deben construirse al mismo ritmo del crecimiento del número de vehículos eléctricos circulando en las carreteras.
Por el otro lado, también enlistó algunos factores que impulsarán la nueva movilidad, como la oferta cada vez mayor; la mejora de la infraestructura de carga, incluyendo transmisión y distribución eléctrica; educación; regulaciones e incentivos.
A futuro, el director afirmó que la demanda de autos eléctricos en el mundo está mayormente en los de tipo hibrido e híbrido enchufable.
“De hoy a 2030, los híbridos e híbridos enchufables son los que se espera que resuelvan la transición y se vuelvan el vehículo de volumen. Todas las marcas dejarán de ofertar vehículos únicamente de combustión interna, aunque siempre existirá alguno, pero todas empezarán a ofertar en todos los modelos opciones híbridas o híbridas conectables”, expuso.
Con todo, la industria automotriz mundial sigue en el camino de fabricar autos eléctricos. Tan solo Ford Motor Company está invirtiendo 50 mil millones de dólares para este fin, refirió.
Respecto al recurso humano, Pérez Oyamburu aseguró que en México existen muy buenos ingenieros.
“México tiene un muy buen bono demográfico en ingenierías, ya que se forman buenos ingenieros que, si llegan a ser muy buenos se van a Estados Unidos donde les ofrecen buenos puestos de trabajo. En Estados Unidos ya no hay ingenierías”, apuntó.
“Ningún ingeniero nuestro le pide nada al alemán o al americano”, concluyó.