México no está preparado para detonar la electromovilidad en el transporte público, e incluso está retrasado en comparación con otros países de la región en autobuses eléctricos, comentó Jorge Navarro, director de Buses y Motores para Scania México.
Scania es la cuarta proveedora más grande de camiones en México.
En entrevista con Energía a Debate, el especialista pronosticó que para que el transporte eléctrico sea una realidad en el país pasarán de 25 a 30 años.
El directivo comentó que existen factores como la regulación, la autonomía, el peso, el precio, el desarrollo de normatividad y la infraestructura de carga para incrementar su presencia en el país.
“Para que toda tecnología nueva se pueda incrementar, en Scania hablamos de que tiene que haber un triángulo virtuoso: clientes que tengan las condiciones para poder comprar la tecnología y puedan operarla; un gobierno que permita un entorno con un marco político regulatorio claro, que permita traer la tecnología y subsidiarla por lo menos para los primeros lotes, para que la gente pueda adquirirlos; y tercero, la industria. Si estos tres no están alineados en un frente común, va a haber sólo chispazos”, mencionó.
El especialista ejemplificó que Chile, que tiene una población de 17 millones de habitantes, actualmente existen tres mil autobuses, mientras que en Colombia ya hay dos mil autobuses eléctricos, mientras que en México todavía no llega a los 100.
“México está en una etapa de prueba, de desarrollar el ecosistema de la electromovilidad porque hay muchos participantes, como el desarrollo de infraestructura, desarrolladores de proyecto, gobiernos municipales, estatales y el federal. No por nada somos el cuarto país más complejo del mundo para hacer negocios”, comentó.
El especialista añade que la electromovilidad requiere fuentes de energía limpia para tener una reducción de emisiones.
“De dónde viene la energía, 60 por ciento de la energía proviene de combustibles, es decir, no estoy contaminando la Ciudad de México si muevo el autobús aquí, pero estoy contaminando en donde se quema el combustible. Entonces, solamente estoy moviendo la fuente de emisión, no estoy contaminando menos”, comentó.
Por otra parte, en México no existen estímulos fiscales reales que permitan adquirir autobuses eléctricos, lo que hace que la inversión sea muy cara.
“En Europa se subvenciona la compra del autobús y el pasaje, por eso funciona el modelo, pero en México quién subvenciona eso: nadie”, comentó.
En este sentido, comentó que todavía no es rentable la compra de autobuses para pasajeros, debido a que la tarifa que se debería pagar es de 20 pesos por persona, cuando la tarifa promedio del país es de 14 pesos, mientras que en la capital del país es de nueve a 10 pesos.
Jorge Navarro fue más allá, y señaló que en México no existe la regulación para los autobuses de diésel que trabajan con la tecnología Euro VI.
“Hay empresas de transporte que están trayendo autobuses Euro VI, pero en México no hay combustible limpio. Hay empresas de transporte que compran sus camiones e importan el diésel limpio”, porque en México no hay regulación ni combustible para este tipo de unidades que son menos contaminantes, comentó.
Sin embargo, comentó que Scania trabaja con empresas comprometidas con la sustentabilidad para proveer de camiones de carga y autobuses eléctricos.