El Plan Estratégico 2025-2035 de Petróleos Mexicanos (Pemex) es viable, siempre y cuando la empresa del Estado se aleje de la refinación, un área que no ha dejado ganancias en los últimos 42 años, consideró Víctor Manuel Herrera, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
En entrevista con Energía a Debate, el especialista mencionó que, si bien los mexicanos pagaremos por el apoyo financiero que el gobierno federal otorga a Pemex porque será deuda pública, el camino para que este plan funcione debe pasar por un cambio estratégico en el que Pemex “deje de desperdiciar dinero en cosas que no reditúan”.
“Si seguimos insistiendo en la refinación e implementando estos programas de rescate, vamos a seguir acumulando y acumulando recursos y volvemos a la misma pregunta, ¿hasta cuándo?”, comentó.
Herrera coincidió en que Pemex requiere del apoyo financiero del gobierno federal porque no genera suficiente flujo de efectivo para pagar a sus proveedores o la deuda financiera.
“El tema aquí es que no se ha hecho nada para corregir el problema de fondo, porque si tú como su país soberano le absorbes 25 por ciento de la deuda (financiera) de Pemex, no has hecho nada para corregir cuál es su situación para que genere efectivo”, dijo en referencia al desperdicio de recursos que representa la refinación al interior de la compañía.
El especialista recordó que en 2024, Pemex perdió 40 mil millones de dólares, de los cuales 30 mil millones fueron causados por la refinación.
“Y, además, si te metes a ver los estados financieros, los reportes 20F que van al regulador americano, Pemex Transformación Industrial no ha generado ninguna utilidad, ni siquiera ha cubierto sus costos desde 1993. ¿En qué año estamos?”, reflexionó.
De acuerdo con cálculos del IMEF, el apoyo financiero del gobierno federal a la compañía petrolera elevaría la deuda soberana del país a 60 por ciento del PIB para 2030, aproximadamente 10 puntos porcentuales por encima del cierre del sexenio anterior.
En este sentido, el especialista del Instituto consideró que no es viable tener ese nivel de deuda y que el país mantenga el grado de inversión, lo que puede acarrear problemas de finanzas públicas, como un impacto al tipo de cambio.
“No es viable tener ese nivel de deuda y mantener el grado de inversión. Brasil, por ejemplo, tiene mucho más deuda, pero ya no es grado de inversión y tuvieron que pagar un costo altísimo al perderlo. Cuando se perdió el grado de inversión en Brasil, el tipo de cambio se fue de 2.2 reales a cuatro reales por dólar. Es una depreciación de 80 por ciento”, advirtió.