La Comisión Federal de Electricidad (CFE) es la empresa que recibe más quejas en todo el país ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Ana Lilia Moreno, coordinadora del Programa de Competencia y Regulación de México Evalúa, mencionó que en 2020, la CFE recibió ocho mil 744 quejas y aunque han disminuido desde 2015, al compararlas con las empresas que más quejas tienen, “es significativamente mayor”, dijo durante la mesa Desmantelamiento del mercado eléctrico y sus afectaciones, del foro Diálogos sobre el Impacto de la Reforma Eléctrica al Bienestar, organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
La especialista advirtió que con la creación del monopolio y el monopsonio de la CFE en el mercado eléctrico mexicano, las quejas contra la empresa se incrementarán, debido a que la eficiencia de la empresa no es la mejor.
PLANTAS DE CFE, CARAS Y CONTAMINANTES
En la mesa, Rosanety Barrios, analista independiente del sector eléctrico, mencionó que una de las cosas que son ciertas dentro de los argumentos que esgrime la Cuarta Transformación para impulsar la Reforma Eléctrica es que se ha reducido el uso de las plantas de la CFE.
“Es cierto que las plantas de CFE se han dejado de usar, porque han resultado más caras y en su mayoría contaminantes”, aseguró.
La empresa liderada por Manuel Bartlett produce 38 por ciento de la electricidad que se consume en el país, aunque con la reforma pretende aumentarla 16 puntos porcentuales, hasta 54 por ciento.
El aumento, refiere la experta, implica eliminar una cuarta parte de la generación de privados.
La promesa, recuerda, es incrementar la generación a través de fuentes hidroeléctricas, lo que resulta imposible, porque implicaría duplicar la producción de esas fuentes.
“Ellos (CFE) dicen que pueden aumentar el 16 por ciento, nos dicen que sería con hidroeléctricas, pues resulta que en un año que ha llovido como loco, las hidroeléctricas en septiembre produjeron 16 por ciento de toda la demanda”, advierte Barrios.
Lo que establece la reforma, añadió, implica duplicar la producción de las hidroeléctricas, lo que resulta imposible. Para alcanzar ese porcentaje, la CFE tendría que echar a andar las plantas de combustóleo y diésel, aclara la analista.
Ana Lilia Moreno añadió que la matriz energética de México es la cuarta que más usa los combustibles fósiles dentro del G20.
Rosanety Barrios reiteró que la aportación del sector privado es esencial para permitir que el sistema eléctrico cumpla con el crecimiento de la demanda.
De acuerdo con el Prodesen, el país requerirá inversiones por 90 mil millones de dólares para el desarrollo del sistema eléctrico, lo que significa 10 por ciento del PIB.
Esto representa, mencionó Rosanety Barrios, 21 por ciento del presupuesto programable para el año entrante, así como el doble del gasto programado para la Secretaría de Salud este año.
“Estos problemas que está enfrentando la CFE pudieran ser resueltos con cambios regulatorios y de ninguna manera con cambios en la Constitución”, mencionó.