Si México mantiene sus planes actuales de hidrocarburos y electricidad, la participación del petróleo y sus derivados, el gas natural y el carbón representarán 64 por ciento de la matriz energética del país en 2050, lo que representa una reducción de apenas cuatro puntos porcentuales en relación con el resultado de 2020.
De acuerdo con el estudio Panorama Energético de América Latina y el Caribe 2022, elaborado por la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), el escenario Business As Usual (BAU) implica que el consumo final de toda la matriz energética de México se incrementará a una tasa promedio anual de dos por ciento, “sin cambios importantes en la estructura de la matriz de consumo energético”.
Esto llevará a México a mantener la predominancia de los derivados de petróleo, pero con cierta ganancia en la participación de la electricidad.
Los cálculos de la Olade se basan en el Plan Quinquenal de Hidrocarburos 2018-2032 y el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional 2022-2036, ambos elaborados por la Secretaría de Energía (Sener).
Las proyecciones del organismo internacional apuntan a que si no hay cambios en los planes de largo plazo, del 100 por ciento de la demanda energética del país, que incluye la energía que se demanda en toda la cadena de valor del país (eléctrica, calorífica y de transporte), 51 por ciento provendrá del petróleo y sus derivados, una reducción de dos puntos porcentuales en relación con el resultado de 2020.
En el apartado de gas natural, el consumo sería de nueve por ciento (-2 puntos porcentuales), mientras que la aportación del carbón y coque de petróleo se ubicaría en cuatro por ciento de la matriz energética total, es decir, sin cambios en relación con el resultado de 2020.
Variaciones en generación de electricidad
En el escenario BAU del organismo latinoamericano, la generación de electricidad en el país sí tendrá avances en renovables, pero el gas natural se mantendrá por mucho como la principal fuente.
De acuerdo con el estudio, si no hay modificaciones al Prodesen, en 2050 la energía solar sería la de mayor crecimiento en el país, al representar 18 por ciento de la capacidad de generación, o 2.5 veces más de la participación de esta fuente en 2020.
Mientras tanto, la energía eólica aumentaría su proporción de nueve a 14 por ciento.
En sentido contrario, una de las fuentes que vería una reducción en su aporte a la generación sería la hidroeléctrica, que pasaría de 18 a 12 por ciento.
En este escenario, la participación del gas se reduciría apenas siete puntos porcentuales, para ubicarse en 43 por ciento de la generación de electricidad.
En el escenario BAU, se destaca la importante adición de capacidad de generación de centrales solares fotovoltaicas y eólicas, pero las centrales a gas natural se mantienen como la principal tecnología de generación eléctrica en este país, añade.
Aumentarán las emisiones de CO2
En caso de que se mantenga el escenario BAU, las emisiones de dióxido de carbono aumentarán 71 por ciento en 2050, en comparación con el cierre de 2020, lo que dejaría fuera a México de los objetivos de reducción de emisiones.
Del total, 72 por ciento de las emisiones corresponden a las actividades de consumo final de energía y el 28 por ciento restante a la generación eléctrica.
En 2020, las emisiones de CO2 correspondientes al sector energético alcanzaron 344 millones de toneladas, mientras que para 2050, este monto aumentaría a 644 millones de toneladas, según los cálculos de la Olade.