Los sectores energéticos de México y Alemania tienen un punto en común, ambos, por razones muy diferentes, buscan incrementar su seguridad energética y reducir la dependencia de insumos del exterior para sostener sus sistemas eléctricos.
Alemania enfrenta un desabasto de gas, debido a la guerra que se desató entre Rusia y Ucrania. La mitad del gas que consume Berlín proviene de Rusia, y la disminución del suministro ha afectado los precios de la generación de electricidad, por lo que la economía más grande de Europa busca diversificar sus fuentes.
Mientras tanto, el presidente de México se ha pronunciado por elevar la seguridad y la autonomía energética, pero el 60 por ciento de la matriz energética del país está ligada al gas natural, que proviene principalmente, de Estados Unidos.
En entrevista con Energía a Debate, Javier Salas Gordillo, asesor del Programa Apoyo a la Transición Energética en México de la Alianza Mexicana-Alemana de Cambio Climático (GIZ México), aseguró que una de las grandes ventajas del Hidrógeno Verde frente al gas natural es que podría impulsar la seguridad energética.
Precisó que el gas natural tiene un precio volátil que puede ser detonado por eventos internacionales como la guerra entre Rusia y Ucrania o la tormenta invernal de Texas en febrero del año pasado.
Salas Gordillo comentó que el principal objetivo del sector energético mexicano debería ser la descarbonización de la energía lo que pone el desarrollo de la economía del hidrógeno por encima de la industria del gas natural.
“Pensando un poco hacia el futuro, el hidrógeno va a cobrar un rol importante y a mediano o largo plazo puede ser más relevante ser una potencia en hidrógeno verde para exportación que una potencia de gas natural”, adelantó el experto.
Sin embargo, William Jensen, asesor de la Alianza Energética entre México y Alemania, es difícil determinar cuánto tiempo se puede tardar el país en alcanzar una industria totalmente desarrollada del hidrógeno verde, aunque todo apunta a que a partir de 2030 se acelerará el crecimiento de la industria a nivel global.
Javier Salas mencionó que en México todavía no hay una hoja de ruta en construcción para la regulación o el desarrollo de la economía del hidrógeno pese al interés que ha mostrado la titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle.
Ambos expertos coinciden en que el desarrollo de la industria puede también fortalecer a Pemex y CFE como dos actores principales del sector.
Por una parte, actualmente Pemex es el principal consumidor de hidrógeno del país, y utiliza este insumo para refinar combustibles y procesar amoniaco, mientras que la CFE puede ser uno de los principales desarrolladores de hidrógeno verde, debido a la cantidad de instalaciones eléctricas que tiene a su disposición.