La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) consideró que la ratificación por parte de Moody’s de la calificación de la deuda soberana de largo plazo en moneda extranjera de México en ‘Baa2’ refleja la solidez de la posición crediticia del país.
Sin embargo, la calificadora también dijo este jueves que había cambiado la perspectiva de estable a negativa.
“Moody’s reafirmó la calificación de la deuda soberana de México a largo plazo en moneda extranjera en Baa2, modificando la perspectiva de estable a negativa. Esta calificación se sitúa dos niveles por encima del grado de especulación, reflejando la solidez de la posición crediticia de México”, expresó la SHCP en un comunicado de prensa.
Justamente, la firma calificadora explicó que había cambiado la perspectiva debido al debilitamiento de la formulación de políticas públicas y a que el entorno institucional corre el riesgo de socavar los resultados fiscales y económicos.
“El deterioro de la capacidad de pago de la deuda y la mayor rigidez del gasto público dificultan la consolidación fiscal tras la ampliación del déficit público este año, lo que supone una desviación de la trayectoria de larga data de déficits bajos independientemente de las presiones económicas”, explicó Moody’s.
Golpe de la reforma constitucional al Poder Judicial
Moody’s dejó en claro que la reforma constitucional recientemente aprobada al Poder Judicial erosiona los contrapesos del sistema judicial del país “con un posible impacto negativo en la solidez económica y fiscal de México”.
También advirtió sobre una mayor posibilidad de que los pasivos contingentes de Petróleos Mexicanos (Pemex), empresa que tiene una calificación crediticia de ‘B3’ negativa, se materialicen en el balance del gobierno, “sin restablecer al mismo tiempo la sostenibilidad de la deuda a largo plazo de la empresa petrolera y, por tanto, mantener los riesgos fiscales para el gobierno”.
Respecto a la reafirmación de la calificación de la deuda soberana en ‘Baa2’, Moody’s señaló que esto refleja la opinión de la firma de que el perfil crediticio de México continúa beneficiándose de una sólida fortaleza económica que seguirá siendo apoyada por la diversidad de la economía, así como por los beneficios potenciales de la relocalización de las cadenas de suministro, o nearshoring.
“Los desbalances macroeconómicos modestos gracias a un historial de políticas fiscales y monetarias relativamente prudentes respaldan la calificación”, agregó.
¿Qué argumenta Hacienda?
En su comunicado, la Secretaría a cargo de Rogelio Ramírez de la O apuntó que el cambio en la perspectiva de estable a negativa se debe a que la agencia supone rigideces en el gasto público y desafíos en la consolidación fiscal, además de un cambio institucional que podría influir en el ambiente de negocios del país.
“Es importante mencionar que la agencia no disponía en el momento de su Consejo de la información sobre el Presupuesto de 2025, la política fiscal propuesta para el próximo año o las proyecciones que la Secretaría de Hacienda entregará al Congreso de la Unión el día de mañana. Esta situación sugiere que el análisis y la perspectiva de Moody’s podría haberse beneficiado de una evaluación más detallada y actualizada”, añadió.
En cuanto a la mención que hace Moody’s del nearshoring, Hacienda comentó que las inversiones derivadas de este fenómeno ofrecen un potencial significativo de crecimiento económico y reflejan la posición estratégica de México en el panorama comercial global.
“La deuda del Gobierno de México mantiene un atractivo sólido en los mercados internacionales, demostrando un perfil resiliente ante las fluctuaciones económicas y la volatilidad financiera. Adicionalmente, México cuenta con los amortiguadores fiscales necesarios para mitigar posibles escenarios adversos en el entorno global, reafirmando el compromiso de la Secretaría de Hacienda con una gestión prudente que refuerza la fortaleza de las finanzas públicas y la sostenibilidad de la deuda”, concluyó.
Sin embargo, la dependencia federal no comentó acerca del riesgo que prevé Moody’s con respecto a los riesgo fiscales que representan los pasivos contingentes de Pemex, ni sobre los cambios constitucionales en materia judicial.